Una computadora especial ayuda a vencer la ceguera

La clave no es ganar comodidad, sino lograr autonomía, dice Lelio Sánchez (34), entusiasmado. Ciego de nacimiento y estudiante de Comunicación Social en la Universidad de La Plata, donde transita la mitad de su carrera, Lelio cuenta desde ayer con una computadora propia dotada de un software especial que convierte en sonido y reproduce en alta voz lo que está escrito en la pantalla. Una herramienta central para su desempeño como estudiante, que va a cambiar la esforzada rutina que llevaba hasta ahora, obligado a estudiar con los cassetes en los que registraba a sus propios compañeros leyendo los textos de las cursadas y que lo obligaba a depender de la colaboración de los demás.

Lelio cuenta que la computadora que va a facilitarle su desempeño como estudiante, brindándole una mayor independencia y un acceso a un caudal de material más importante que hasta ahora, según indica, le fue donada a través de un acuerdo al que llegaron la UNLP y el Centro de Integración Libre y Solidario de Argentina (CILSA).

"Yo ya contaba con una beca obtenida a través de CILSA para poder estudiar y este año me dirigí a Atención Social de la Universidad para ver si a través de ellos podía conseguir una computadora equipada con un software especial para ciegos y finalmente lo pude obtener", relata Lelio, que vivía con sus tíos, de condición humilde, en Mar del Plata, antes de decidir viajar a La Plata para cumplir su sueño: estudiar periodismo.

Desde un principio, Lelio supo que no sería fácil cumplir con su aspiración. A las limitaciones impuestas por su ceguera pronto se sumaron otras, como los problemas económicos y la imposibilidad de contar con herramientas tecnológicas que facilitaran su acceso al material de estudio.

"El programa específico que facilita a los ciegos el acceso al material informatizado se llama `Jaws` y está bastante extendido. De hecho, yo había aprendido a manejarlo hace mucho, en la Biblioteca para Ciegos de Mar del Plata, pero ese conocimiento de poco sirve si uno no puede ponerlo en práctica con las herramientas adecuadas", relata.

A pesar de no contar con la tecnología que le hubiera facilitado el tránsito por la facultad, Lelio reconoce que dos factores contribuyeron a animarlo a afrontar el esfuerzo de adaptarse. El primero, la buena predisposición de sus compañeros, siempre dispuestos a leer los textos en voz alta y en grupo para que Lelio pudiera registrar sus voces y trabajar con las cintas más tarde en su casa.

Otro aporte importante vino de sus profesores, que, si bien desconocían la manera de tratar a una persona ciega en las clases, "pusieron su mejor empeño para que tanto ellos como yo aprendiéramos juntos".

No tener una computadora propia ni poder acceder a ella también representaba un obstáculo serio. "Siempre había un compañero dispuesto a prestarme la suya, pero eso no era una solución, ya que yo no podía darle continuidad a mi trabajo", dice el estudiante.

Con todo, Lelio logró avanzar hasta la instancia de la carrera que hoy transita (cursando materias de tercero y cuarto año) y hasta desempeñarse como ayudante del Taller de Producción y Comprensión de Textos I.

Acostumbrado al trabajo duro, Lelio piensa ahora que su recién estrenada autonomía le permitirá recibirse en 2013 y dedicarse a la docencia de la Comunicación, su aspiración principal, aunque reconoce que también le gustaría hacer radio y escribir.