¿Xenofobia en un concurso de tango?

Un concurso de tango organizado en la capital federal ha quedado enredado en acusaciones de xenofobia y ha terminado en los tribunales, una situación tan curiosa como que el asunto haya sido destapado a miles de kilómetros, más precisamente en Nueva York, donde el diario Wall Street Journal le dedicó una página.

Todo comenzó cuando los organizadores del conocido concurso El Metropolitano cambió este año el reglamento e incluyó una cláusula que estableció que en el torneo -que se realizó en mayo- sólo podían inscribirse argentinos.

Pero tres bailarinas extranjeras -una vietnamita-estadounidense, otra norteamericana y una irlandesa- no estuvieron dispuestas a quedarse afuera. Fueron a la Justicia y presentaron un recurso en el que pidieron que se anulara el resultado de la competencia.

Y la Justicia les dio la razón. La jueza de la ciudad de Buenos Aires Elena Liberatori dictó una resolución en la que consideró que la exclusión de extranjeros era inconstitucional y ordenó que se realizara nuevamente el concurso. “El arte tiene trascendencia internacional”, afirmó la magistrada en la sentencia, en la que sostuvo que la situación de los extranjeros que querían participar de la competencia no era diferente de la de argentinos que bailan en el exterior, poniendo como a ejemplo a Paloma Herrera, bailarina del American Ballet Theatre.

Claro que los organizadores de El Metropolitano también tienen sus argumentos. Siempre según la crónica del Wall Street Journal, dijeron ante la Justicia que la cláusula “anti-extranjeros” tiene que ver con que los ganadores del concurso de mayo iban a ser los que representen a la ciudad de Buenos Aires en el Mundial de Tango que se realizará en agosto en la capital federal. Pero la jueza Liberatori no consideró “consistente” el argumento, aunque le parece bien la solución que propuso El Metropolitano de realizar otra competencia exclusiva para extranjeros, aunque ésta es rechazada por los demandantes.

El periódico norteamericano se hizo eco también de opiniones argentinas. Por ejemplo, la de un bailarín aficionado de tango que opinó que está bien que los extranjeros no puedan participar del concurso. “Ellos pueden pagar 100 dólares por clase y los argentinos no podemos”, dijo. Y volcó también el criterio de otro argentino que sostuvo que “sería muy interesante que participaran extranjeros. Es como revalidar la cultura argentina”.

El Wall Street Journal recordó que el tango se originó en Buenos Aires, y “también en Uruguay, con los inmigrantes del Viejo Continente, a fines del siglo 19”. Y destaca su influencia en el turismo hacia nuestro país, mencionando que más de 100 mil visitantes de la Argentina por año se interesan por nuestra música ciudadana.