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Deportes |SENSACIONES

Técnico al borde de un ataque de nervios

Por WALTER EPÍSCOPO

Técnico al borde de un ataque de nervios

Osvaldo Ingrao, en la cabina desde la que siguió las alternativas del partido

30 de Agosto de 2011 | 00:00

Se sabía que iba a ser muy especial, al menos atípico para él. Y Osvaldo Ingrao anoche vivió el partido de una manera diferente. El hecho de tener que observarlo desde una cabina, en lo alto del estadio, muy cerca del periodismo, ya lo hacía diferente. La expulsión en Rosario hizo que no pudiera entrar a la cancha y en consecuencia su ayudante de campo Carlos Carrió y el profe Luis Nucara manejaron los hilos desde el banco, mientras el Indio, sufría como loco desde la cabina "22", al lado de la voz del estadio.

Llegó acompañado por gente de prensa, el vicepresidente 2º Bernardo Supera, y se ubicó en el final del palco escrito. Solamente había dos sillas, una para él y otra para Darío Tempesta. Cuando subió al Palco, el equipo estaba en el campo de juego, saludó a la prensa y se metió en su cabina. Algunos plateístas desde abajo lo vieron y lo saludaron.

Vestido con el equipo deportivo del Lobo, apenas unos minutos se sacó el buzo y quedó con una remera de manga larga. Caminó en esos primeros 45 minutos en un metro cuadrado como loco. Bebió una gaseosa, miró el reloj una y mil veces y a cada rato, tomó un teléfono con el que se comunicó con el profe Nucara, que estaba junto a Carrió el banco de suplentes.

"¡Luis, por favor, que salgan, estamos perdiendo los rebotes... Luis, me escuchás... Luis!". Los minutos pasaban y sus dirigidos abajo no hacían pie. A su lado, Tempesta le sirvió como ayudante porque se comentaban todo. "Tenemos que salir, estamos imprecisos con la pelota", le decía a Tempesta.

"Luis, deciles que abran la cancha, que Fernandes (Silva) se abra. Que no se cierre".

Caminó, más y más nervioso, en ese metro cuadrado. Otro trago de gaseosa para calmar la ansiedad. Se agarra el pelo cuando Diego Jara erra un gol solo tras un regalo de Oliver Benítez sobre los 31 minutos.

Aplaude alguna de las llegadas de Lobo y sobre todo cuando la toca Choy. "Nene, cerrate, cerrate, ahí Capurro va a levantar la mano, va para Vizcarra", dice Ingrao hablándole a Tempesta. Efectivamente, Capurro marca la jugada para el tiro libre, pero "el Nene", que es Fernandes Silva, se cierra y después se abre, haciendo todo lo contrario que quería el DT.

El primer tiempo sigue, pero Ingrao no consigue tranquilizarse, sueña con el gol, lo desea, pero no llega. Minuto 44, y el Indio se va de la cabina rumbo al vestuario. Su rostro enojado lo dice todo. No está para nada conforme.

EL SEGUNDO, PEOR

Si la primera etapa fue intensa e incómoda para el DT, el complemento fue peor. Empezaron a llegar los cambios y las complicaciones. El complemento arrancó con un gol invalidado por off side y así sufriendo siguió. A los 8 minutos con el teléfono le dice al profe "entra Ruiz... escuchaste, Ruiz adentro", pero no termina de decir eso y Cardozo que se lesiona. Cambio de planes sobre la marcha. "Esperá, esperá, si tiene que salir que entre Piarrou. Qué pasa, tiene que salir... Que entre Piarrou".

Esto cambia todo. El partido sigue feo. "Adentro Vargas, dale por Mendoza, y después esperá. Nos queda un cambio. Esperá", le dice al banco. Va promediando el complemento y la gente empieza a perder la paciencia. "Dale, que entre Ruiz", y ahí si se hace el cambio que en un primer momento el DT quiso hacer. Pero, a algunos hinchas no les gusta la salida de Fernandes Silva. Ingrao mira la hora. Camina y camina, buscando una explicación.

A los 39' lo tiene Choy, solo, desde el punto del penal, posición inmejorable, pero la pelota se va por arriba. El DT le pega un golpe al pupitre "no puede ser, no puede ser", dice.

Final del partido e Ingrao deja la cabina, desde donde tuvo que seguir las alternativas del partido.

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