El estrés por agresiones ya es el primer trastorno entre los docentes

El martes 21 de junio de este año Roberto Lonigro (47), director de la Escuela Técnica Nº 1 de Ensenada, supo que era hipertenso. Y lo supo en circunstancias muy especiales: internado en el hospital Cestino, golpeado y con un pico de tensión arterial, después de que en la escuela que dirige se desatara una batalla campal de la que participaron adultos ajenos al establecimiento que intervinieron en lo que originalmente había sido una disputa entre chicos. Hoy Lonigro sabe que es algo que jamás va a poder olvidar. "Lo que había empezado con un `qué me mirás` entre dos adolescentes terminó con un grupo de adultos, familiares de uno de los chicos, entrando de prepo a la escuela, queriendo atacar a un alumno. Un profesor y yo nos interpusimos. Salimos golpeados. Recuerdo que en un momento volaban las sillas. Como docente y como director me sentí avasallado. Fue duro. Fue horrible. Pero ni bien pude quise volver a la escuela. Aunque fue difícil el primer día enfrentar la mirada de los demás, era necesario empezar otra vez, tomar coraje, construir autoridad sin ser autoritario, retomar este trabajo que me gusta y aceptar el desafío".

Mañana no habrá clases en las escuelas públicas y privadas de la Región dependientes de la dirección de Educación bonaerense, donde se llevará a cabo la jornada de perfeccionamiento docente

La experiencia vivida por Lonigro se enmarca en una tendencia que desvela a la comunidad educativa: el crecimiento de la agresividad hacia los docentes. Según datos manejados por los gremios del sector tres maestros por día son agredidos en la Provincia de Buenos Aires y el estrés que sigue a esas agresiones se ha convertido en el trastorno vinculado a la profesión que más consultas motiva, desplazando a las enfermedades tradicionales del ejercicio de la docencia, como los problemas de la voz y de la columna vertebral.

Así lo indica Mirta Petrocini, desde la Federación de Educadores Bonaerenses quien sostiene que más del 32% de las consultas que se reciben en el Departamento de Salud Laboral de ese gremio tienen que ver con el estrés postraumático derivado de hechos de violencia. "Esta cifra va en constante crecimiento desde hace seis años, fecha en la que creamos este servicio", afirma.

Según los datos surgidos de una encuesta sobre violencia en el ámbito escolar realizada por la Unión de Docentes Argentinos (UDA) entre 2000 de sus afiliados de distintos puntos del país -incluida la provincia de Buenos Aires- este año, el 58% de los docentes admitió haber pedido licencia por alguna situación que le causó estrés físico o psicológico.

Los datos que maneja la dirección de Psicología de la Dirección General de Educación indican que el 7% de los hechos violentos registrados en las escuelas corresponden a agresiones a docentes. En la mayoría de los casos -y en esto coinciden con los datos de la Feb- los agresores son adultos.

Las agresiones tienen grados. Abarcan un amplio abanico en cuyo extremo más cruento destacan casos como la paliza recibida a principios de octubre por Ricardo Fusco, director de un colegio secundario de Pergamino golpeado por un alumno y su madre, hecho que motivó una marcha de protesta de los gremios. En el otro extremo se ubica otro tipo de violencia, casi omnipresente en la cotidianidad escolar: la verbal.

Convivir con esa situación de tensión tiene su correlato en un crecimiento del malestar de maestros y profesores. La encuesta de la UDA muestra que el 70% de ellos se muestra preocupado ante hechos de violencia física o verbal que ocurren en su lugar de trabajo; el 48% se siente desprotegido ante situaciones violentas y el 36% dice sentir temor por su integridad física en el ámbito escolar.

A raíz del crecimiento de este malestar y de la reiteración de casos, a pedido de los gremios, mañana el tema será debatido en todas las escuelas de La Plata, públicas y privadas, dependientes de la dirección de Educación bonaerense. Será en el marco de las jornadas de perfeccionamiento docente, donde se analizarán posibles soluciones al problema.

LAS DEMANDAS DOCENTES

¿Qué piden los docentes?: básicamente capacitación para afrontar una realidad para la que no fueron preparados, la creación de espacios de debate en los que se comprometa también a los padres de los alumnos, un mayor acompañamiento institucional para quien resultó víctima de violencia. En algunos casos proponen que se dicte una legislación específica para erradicar la violencia de las aulas.

Para Sergio Romero, presidente de la UDA, "debería capacitarse al docente durante su formación, creando espacios curriculares que hoy no existen y también debería existir una capacitación permanente en servicio, dado que hoy los maestros, que no fueron preparados para enfrentar este problema, lo sobrellevan a medida que se presenta y como pueden".

Romero también reclama la creación de espacios donde debatir de manera sistemática este problema con la participación de los padres. Y afirma que a partir de marzo se pondrá en marcha un programa instrumentado por el ministerio de Educación de la Nación que busca comprometer a la familia en la tarea escolar y en la revalorización del docente.

A la hora de analizar las razones de esta violencia, tanto gremios como autoridades y maestros aluden a una multiplicidad de factores. Entre ellos, la posición de la escuela como caja de resonancia de los conflictos y las violencias presentes en la sociedad, la influencia del mensaje cada vez más violento de los medios de comunicación y hasta el fuerte choque cultural que producen las expectativas encontradas de docentes y alumnos en el marco de los cambios que plantea en las escuelas la irrupción de las nuevas tecnologías.

En todo caso, todos coinciden en la necesidad de reconstruir la autoridad docente fundada en el conocimiento, una autoridad que se vio resentida, entre otros factores, por el hecho de que durante muchos años las escuelas salieron a responder a otras necesidades sociales que relegaron el aspecto educativo a un segundo plano.

TESTIMONIO

"Además de las agresiones, hay un aumento considerable de la violencia verbal en las escuelas. Los padres muchas veces están a la defensiva frente a los docentes y todos los problemas sociales terminan estallando en el ámbito escolar. En este marco, los pedidos de carpeta por parte de los docentes se multiplican". Roberto Lonigro (47), director de la Escuela Técnica Nº1 de Ensenada, víctima de una agresión por parte de adultos que entraron a la escuela en junio de este año