A paso lento, las netbooks van cambiando la vida de las aulas

Desde hace un año, cuando las primeras netbooks llegaron a la escuela industrial donde trabaja, la docente Diana Váquez siente que las clases son más ágiles y que le cuesta menos captar el interés de sus alumnos. Al principio no. Era tal el entusiasmo que despertaba la nueva herramienta que los chicos se distraían más de lo que se concentraban. Pero ahora que las cosas se ordenaron, Diana, que enseña Electrónica, siente que las clases son más enriquecedoras. Ya adoptó la costumbre de cargar los contenidos en un pendrive, entregarlos a los alumnos en cuanto llega y dedicarse a profundizar en los conceptos que van compartiendo a través de la computadora. Con todo, la docente reconoce que hay colegas que todavía prefieren dar clases a la manera tradicional, prescindiendo de las netbooks. Mientras tanto son muchos los alumnos que en esa y otras escuelas públicas de la Región todavía no disponen de computadora, los que tiene la suya en reparación y los que prefieren ni llevarla a la escuela, cansados de que sus profesores no se las pidan en clase.

Con todas esas contradicciones, las netbooks desembarcaron a partir de fines de 2010 en las escuelas de la zona con la promesa de cambiar el paradigma educativo. Docentes, alumnos y autoridades consultadas para esta nota coinciden en que se trata de un camino que recién comienza a transitarse y que encuentra obstáculos. Y algunos creen que llevará bastante tiempo instalar su uso pleno.

Mientras tanto, un trabajo realizado por el Observatorio para la Educación Básica en la Argentina con apoyo del Ministerio de Educación de la Nación concluyó que las computadoras personales hoy se utilizan poco y nada en las aulas y que su incorporación como elemento capaz de complementar y enriquecer los contenidos educativos es mucho más lenta de lo que se esperaba. ¿La razón?: la falta de una currícula específica, que hace que si bien muchos docentes y alumnos ya tengan su computadora, pocos sepan bien cómo aplicarla al día a día del aula.

AVANCES Y OBSTACULOS

En la Provincia, en tanto, los datos oficiales indican que el 50% de los alumnos ya tienen una netbook y que la totalidad del alumnado y el cuerpo docente contaría con la suya en el curso de este año. Existen programas a través de los cuales se capacita a los docentes en su uso y la actitud de éstos frente al nuevo instrumento es dispar, persistiendo algunas resistencias que dependen menos de cuestiones generacionales que de la familiaridad que cada docente tiene con el uso del recurso electrónico. Con todo, se encuentran obstáculos: a los chicos que todavía no cuentan con su máquina se suman problemas de conectividad (conexiones lentas o nulas) y de roturas, que son frecuentes y cuya reparación puede demandar hasta un año.

En los casos en los que la netbook se ha incorporado totalmente al aula, alumnos y maestros coinciden en destacar sus ventajas. Dicen que cambia el lugar del docente, achicando la brecha con el alumno, estimula a estos últimos a una mayor creatividad y estimula el espíritu crítico al diversificar las fuentes de investigación. Al mismo tiempo agiliza las clases y pone a los chicos en contacto con un recurso que actúa como puente con el mundo del trabajo.

¿ADIOS AL DICTADO, LA FOTOCOPIA Y EL PIZARRON?

En el escenario que se avizora con el avance de las nuevas tecnologías hay elementos de la educación tradicional que prometen perder protagonismo: entre ellos, el rol del profesor como centro de la clase, el dictado, el concepto del manual o libro de cabecera, los apuntes fotocopiados, elementos como la escuadra y el compás y hasta el pizarrón. Y lo hacen en favor de docentes que arman páginas web, blogs, programas para crear aulas virtuales.

Para la licenciada Constanza Necuzzi, directora provincial de Proyectos Especiales, las netbooks no vienen a reemplazar al lápiz y al papel, sino - además de fomentar la integración y un puente con el mundo del trabajo- a complementar y enriquecer el aprendizaje a través de formas de representación alternativa, como las imágenes, el sonido o la oralidad, que permite acelerar los tiempos de procedimiento en favor de la profundización en los conceptos.

"Un ejemplo: el tiempo material que llevaba dibujar un triángulo con compás se reduce drásticamente con las computadoras y se puede dedicar a sedimentar hipótesis de trabajo, a encontrar regularidades. Lo mismo en el caso de la ciencia y los experimentos. La computadora aporta un plus porque la clase se despega de lo procedimental a favor de lo conceptual", dice Necuzzi.

Con todo, ese escenario aparece todavía como distante en muchas escuelas de la provincia y el país, según el informe antes mencionado.

Ese trabajo, efectuado en 550 escuelas argentinas en las que se entrevistaron 571 directores, 815 docentes y 325 preceptores, pone en foco los programas Conectar Igualdad, de la Nación, y SarmientoBA, del gobierno porteño. Y concluye que la incorporación de las computadoras personales a la enseñanza pública es más lenta de lo esperado y que hoy apenas se utilizan en las aulas. Apunta que las netbooks provistas por esos programas hoy se utilizan casi exclusivamente en domicilios particulares y que todavía no encontraron un lugar curricular. Y agrega que sólo el 8% de los maestros primarios y un 10% de los secundarios reconocen abrirlas en el aula.