Batallas de una pelea de fondo

La salida en bloque contra Gabriel Mariotto de los funcionarios que, no caben dudas, expresan directamente el pensamiento de Daniel Scioli y hablan sólo cuando él se los pide, resultó llamativa en el marco de la cada vez más difícil relación entre el Gobernador y su vice.

Es que, en aras de su cultivado perfil dialoguista y conciliador, Scioli suele ordenar lo contrario: que nadie responda las embestidas políticas del Vice. Por eso, la andanada de los funcionarios de ayer fue visualizada como “casi inédita” y como una suerte de “ofensiva defensiva”.

Pero en rigor fue un capítulo más de una pelea de fondo que, para empezar, supera largamente al Vicegobernador e involucra, de su lado, a La Cámpora y todos los sectores ultra K que desde diciembre ejercen el poder en la Legislatura, así como a grupos que no tienen representación en ese ámbito pero sí aceitadas relaciones con la Casa Rosada.

ACCIONES EN LA MIRA

Es también una pelea en la que el sciolismo venía guardando silencio público pero que ha acumulado suficientes gestos y acciones desde ambos espacios como para que desde el ultrakirchnerismo también consideren que desde el otro lado están subidos al ring. Para tomar sólo dos ejemplos cercanos, en esos espacios -y también en la Casa Rosada- molestó el respaldo del Gobernador a la agrupación peronista La Juan Domingo que se lanzó el sábado pasado y, sobre todo, la decisión del gobierno provincial de iniciar juicio a la firma Ciccone por una vieja deuda impositiva en momentos en que la empresa estaba imprimiendo billetes por encargo de la administración de Cristina.

El fondo de la pelea, por lo demás, está dado por el convencimiento de Scioli de que el ultrakirchnerismo busca “desgastarlo” y la convicción de los espacios con línea directa con la Rosada de que el Gobernador quiere ser candidato a presidente en 2015 con la venia de Cristina o sin ella.

ESCENARIO

El escenario de ésta y las batallas por venir por este enfrentamiento, por último, es institucionalmente inquietante: un ahogo financiero de la Provincia que podría generarle más temprano que tarde dificultades para pagar los sueldos y que sólo podría superar con asistencia de la Casa Rosada.