Hace falta mayor celo oficial para preservar documentos que tengan valor histórico

No han sido pocas las ocasiones en que los especialistas han advertido sobre la necesidad de mejorar y defender los archivos oficiales, ante la posibilidad de que se pierdan documentos de futuro valor histórico que se acumulan sin ser sistematizados ni salvaguardados debidamente del deterioro que provocan diversos factores en muchas dependencias.

Fue ésa, acaso, la principal conclusión del primer congreso nacional de archivos, bibliotecas y museos que tuvo lugar hace dos años en nuestra ciudad. Y tal conclusión parece oportuna ahora, que se lleva a cabo en La Plata, en estas jornadas, un encuentro regional de investigadores, bibliotecarios y personal técnico de las universidades nacionales de La Plata, Mar del Plata, Centro de la Provincia, Sur y de la Universidad Tecnológica Nacional de Bahía Blanca, sobre el tema de los repositorios digitales.

Desde la organización del encuentro, se detalló que el denominado proyecto Picto se propone contribuir al desarrollo y mantenimiento de repositorios institucionales para el archivo, preservación, distribución y acceso de la producción intelectual generada por las universidades de la región bonaerense, con el objetivo de promover consultas abiertas al conocimiento y la implementación de políticas institucionales que favorezcan y sustenten su desarrollo.

Sería deseable que este encuentro, si bien circunscribe específicamente su finalidad al ámbito universitario, sirva como estímulo para que los organismos públicos, ya sea que dependan de los poderes Ejecutivo, Legislativo o Judicial, o pertenezcan a los ámbitos municipales, presten una mayor atención al tema de la custodia de aquellos documentos valiosos que pueden ir acumulándose en los archivos oficiales y que, lamentablemente, suelen perderse definitivamente, tanto por su defectuosa conservación como por medidas desaprensivas que disponen su destrucción.

La falta de criterios rectores deriva en que, muchas veces, contra lo que debería hacerse -conservar los papeles durante un determinado plazo y luego seleccionar cuáles deben destruirse o pasar al Archivo Histórico de la Provincia-, se acumulen documentos en forma desmedida y cada vez resulte más difícil rescatar aquellos que tienen valor. Es en este aspecto donde la digitalización puede también aligerar buena parte de la documentación original que se conserva.

Se conoce que miles de libros y colecciones de gran valor histórico existentes en bibliotecas y otras dependencias públicas, debieron ser sacados de los anaqueles o lisa y llanamente se perdieron para siempre, luego de sufrir largos procesos de deterioro sin que se intentara preservarlos aplicando procedimientos de selección y tratamientos eficaces. Y que similar proceso sufren los documentos públicos, apilados al azar durante años, sin ponderarse si allí sólo existen papeles para reciclar o documentos que con el tiempo cobrarán un valor trascendental.

Lo cierto es que los archivos oficiales poseen, potencialmente, enorme valor histórico. Por consiguiente, debieran alentarse todas las iniciativas que apunten a ese objetivo y que, por lo tanto, abren una instancia importante para plasmar distintos sistemas de identificación y preservación de una riqueza documental que no debe perderse bajo ninguna excusa.