Autobiografías por prescripción médica

“Hoy descubrí algo importante. Que las técnicas que me propone el médico para aliviar algunas de mis molestias son realmente eficaces. Solo que no las aplicaba por aquello de “yo no creo en esta cosas” y prefería tomarme una pastilla. No volveré a desconfiar de una recomendación sin haberla probado”, escribe Mayte H., una abogada de 34 años, en lo que denomina su ‘diario personal de curación’.

Ernesto V., un empleado administrativo entrado en la cincuenta señala en su ‘cuaderno terapéutico’: “Esta tarde, cuando sentí unas punzadas de dolor, realicé unas respiraciones abdominales, lentas y profundas, mientras visualizaba uno de mis lugares favoritos: un parque lleno de vida, flores y aromas gratos, donde iba de pequeño con mis padres. Al cabo de unos instantes me sentí mucho mejor y además más relajado. ¡Funciona!.”

Mientras convalecen o sobrellevan su enfermedad, y aconsejados por sus respectivos facultativos, estos dos pacientes están escribiendo su ‘autobiografía curativa’ o ‘diario de sanación’, una técnica de autoayuda psicológica, que viene avalada por cada vez más expertos e investigaciones científicas.

Apuntar los pensamientos, sentimientos y emociones más profundas podría mejorar el síndrome del colon irritable (SCI), según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (EE.UU.) con 103 personas aquejadas de esta dolencia.

Estos hallazgos aumentan la evidencia de que la escritura ‘desde el alma’, en la que la persona es animadas a soltarse y llegar al corazón de sus sentimientos, podría beneficiar a algunos pacientes y complementar la terapéutica habitual del SCI.

“La escritura expresiva, eficaz en casos de depresión, artritis reumatoidea, dolor crónico o hipertensión, mejoró también la sintomatología del síndrome (dolor abdominal, diarrea, hinchazón y estreñimiento) en quienes lo padecían desde hace un tiempo largo”, según el investigador Albena Halpert.

ALIVIO EMOCIONAL PARA DOLENCIAS SEVERAS

Alentar a los pacientes oncológicos a que escriban sobre sus temores más profundos sobre la enfermedad, podría ayudarles a mejorar su calidad de vida, de acuerdo a un estudio efectuado por el terapeuta escritural Nancy Morgan, como parte del Programa de Artes y Humanidades del Centro del Cáncer Lombardi (LCC, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Georgetown (EE.UU.).

La mitad de los pacientes en lista de espera para recibir el tratamiento del cáncer que participaron en el experimento de Morgan en Washington, cambiaron su modo de pensar sobre la enfermedad y, los más beneficiados por escribir sobre sus pensamientos, sentimientos o emociones relacionadas con su dolencia fueron los más jóvenes y quienes habían recibido hace poco su diagnóstico.

El ejercicio de “escritura expresiva” de Morgan duró veinte minutos y consistió en plantear una serie de preguntas a pacientes de leucemia o linfoma sobre cómo el cáncer los había cambiado y cómo se sentían respecto de esos cambios.

Cuando el equipo del LCC tomó contacto de nuevo con los participantes en el ejercicio de escritura terapéutica, el 49 por ciento de ellos manifestó que escribir había cambiado sus pensamientos sobre su mal y el 38 por ciento señaló que sus sentimientos sobre su situación se habían modificado.

“Más de veinte años de investigaciones previas, incluidas algunas realizadas en el Centro Lombardi, vienen aportando evidencias de que escribir sobre los que pensamos y sentimos puede mejorar nuestra salud emocional y física”, aseguró Morgan.

Según la experta del Centro Lombardi, estos ejercicios de escritura consiguen” reducir la ansiedad y el estrés, renovar nuestro sentido de identidad y propósitos, mejorar la comunicación, restablecer la sensación de control, mejorar la calidad del sueño, reducir la percepción del dolor y otros efectos secundarios de la dolencia y sus tratamientos”.

Otra investigación efectuada por el psicólogo Jonathan Adler, del Colegio de Ingeniería Franklin W. Olin, en Massachusetts (EE.UU.), con pacientes que hacen psicoterapia, sugiere que tomar el control de la historia personal, generando un relato en el que uno es el protagonista de la propia vida, puede mejorar la salud mental y la sensación de bienestar.

REESCRIBIENDO LA HISTORIA PERSONAL

Para su trabajo, Adler estudió a 47 pe rsonas que siguieron una terapia psicológica de 14 semanas de duración, a cada una de las cuales les pidió que escribieran y reescribieran sus propias historias personales, de modo que tomaran un papel cada vez más activo en ellas.

“Este ejercicio autobiográfico permite reescribir los episodios que se deseen, para darles un mayor sentido de autonomía personal, con la consecuente mejora del estado psicológico”, según el autor de la investigación.

El estado psicológico de todos los participantes mejoró con este ejercicio, lo que según Adler indica que la escritura podría utilizarse como herramienta terapéutica, y que “las cosas reales que nos ocurren podrían tener un menor impacto en nuestra salud mental que las cosas que nos contamos acerca de esos hechos”.

“Aunque los pacientes disponen de numerosos dispositivos para plasmar sus impresiones por escrito como los teclados o pantallas táctiles de ordenadores, tabletas electrónicas o teléfonos móviles, la escritura a mano tiene una ventaja que la hace aconsejable: es una buena gimnasia para el cerebro porque se ejercita al mismo tiempo nuestras capacidades visuales, motoras y cognitivas”, señala la terapeuta escritural Carmen R. Velasco.

Según Velasco, “además de obligar a llevar una ritmo de escritura más lento, que invita por si solo al sosiego, la reflexión y a la introspección, actividad manual sobre el papel mediante un bolígrafo, lápiz, estilográfica o rotulador, ayuda a estimular nuestra mente, lo cual incide positivamente en el proceso de curación y la comprensión de las indicaciones médicas”.

La experta hace hincapié en un estudio de las universidades de Stavanger (Noruega) y del Mediterráneo de Marsella (Francia), según el cual “escribir con una sola mano mediante lápiz o bolígrafo, para dar forma a nuestros pensamientos sobre el papel, estimula las capacidades neuronales más complejas y ejercita más el cerebro que con un teclado”.

“En esa línea, investigadores de la Universidad de Indiana (EE.UU.) han comprobado que al escribir a mano se activan más regiones del cerebro y se favorece el aprendizaje de formas, símbolos y lenguas, lo cual ayuda a fijar los conceptos y es beneficioso para mantener la mente activa”, añade Velasco.