Distender no es lo mismo que firmar la paz

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

L as miradas más optimistas de la política aseguran que se inició un proceso de aparente distensión en la relación entre el gobierno nacional y el bonaerense. Contribuyó a eso el acto del lunes en La Matanza, en el que se cruzaron Cristina Kirchner y Daniel Scioli sin mayores consecuencias que la entrega de subsidios. No hubo retos ni chicanas desde el atril. Tampoco se hizo uso del efecto multiplicador de la cadena nacional, como sí había sucedido unos pocos días atrás, en General Rodríguez, en aquel episodio del reproche presidencial por la forma de gestionar del gobernador.

Distensión, sin embargo, no significa paz. En el sciolismo saben que aquella sensación de desaceleración de la virulencia de la ofensiva K podría encontrar su límite a partir de algunas decisiones que piensa tomar el Gobernador, apurado por obtener fondos para cubrir gastos operativos básicos de la Provincia.

EL JUEGO, UN FACTOR CLAVE

Hablamos del recibimiento efectivo -esto es, más allá de las declaraciones de rigor- que tenga en el ultra kirchnerismo-cristinismo la decisión de Scioli de renovar en forma automática la concesión de las salas de juego que funcionan en territorio bonaerense, que le depararía a las arcas provinciales una suma de entre 1.500 y 2 mil millones de pesos.

A través del vicegobernador Gabriel Mariotto, el kirchnerimo ya adelantó su rechazo. Su discurso público apunta a cuestionar el hecho de que Scioli avance con la idea de sacar esas prórrogas por decreto, en lugar de hacerlo a través de una licitación pública. En verdad, no sorprendió la postura de Mariotto. No sólo por su compulsión a oponerse a todo lo que huela a sciolismo sino porque en los pasillos legislativos es un secreto a voces que uno de los “ítems sensibles” sobre los que se propuso avanzar el Vice apenas aterrizado en su cargo fue justamente el del juego.

En esa actividad, que sólo en el rubro tragamonedas mueve algo así como 3 mil millones de pesos por año, los cristinistas creen ver personajes con oscuras intenciones políticas. Por eso la apuesta inicial que había pensado el Vicegobernador, según fuentes que lo conocen, era cambiar el statu quo del sector lúdico, acaso dejando que intervengan nuevos actores.

ASESORES Y CONTACTOS

Trascendió, incluso, que Mariotto mantuvo reuniones reservadas con empresarios vinculados a los bingos que hoy tienen porciones minoritarias del negocio. Algunas fuentes sostienen que uno de sus asesores en esta materia es alguien que conoce bien el paño: Osvaldo Papaleo, ex titular de la Lotería provincial durante la gestión cafierista en la Provincia.

Intramuros, el sciolismo descuenta que se viene un nuevo frente de conflicto con el cristinismo legislativo

Este diario ya adelantó que Mariotto, buscando que la Legislatura pueda tener poder de decisión en la cuestión de la renovación de las licencias, habría tomado contacto con los legisladores provinciales de la Coalición Cívica que vienen apuntando hace tiempo al juego desde el objetivo de mejorar los ingresos provinciales, e incluso se han manifestado a favor de la estatización de la actividad. También son los que mejor radiografiaron la relación entre el sciolismo y las empresas del sector.

Por todo esto, y más allá de los últimos gestos de distensión, la verdad es que intramuros el sciolismo descuenta que se viene un nuevo frente de conflicto con el cristinismo legislativo. Que, recordemos, ha tenido fuertes gestos de diferenciación de Scioli, como el rechazo a los proyectos legislativos que apuntaban a ajustar gastos.

HIPOTESIS SOBRE EL FUTURO

En la Gobernación, a esta altura, parecen convencidos de que desde la Casa Rosada piensan continuar con la presión sobre Scioli. Ya sea para condicionarlo al máximo o, como deslizan sin disimulos desde las usinas difusoras del cristinismo, obligarlo a candidatearse como diputado nacional en las elecciones legislativas del año próximo. Una forma de decirle que deje el mando ejecutivo de la Provincia, algo que al Gobernador no se le cruza por la cabeza.

Por el contrario, Scioli parece decidido a profundizar su estrategia de resistencia pacifista, aguantando las cachetadas presidenciales y sobrellevando la combativa realidad gremial que desató el desdoblamiento del pago del medio aguinaldo.

SEGURIDAD, SIEMPRE EN EL CENTRO DEL ESCENARIO

También se espera con cierta expectativa, y podría tomarse como una segunda prueba a aquella distensión coyuntural, el informe de la llamada Comisión Candela que, apadrinada por Mariotto en el Senado, investigó el accionar judicial y policial en la instrucción por el crimen de la pequeña Candela Rodríguez . Trascendió que las conclusiones serían muy comprometedoras con los funcionarios que intervinieron. En la Gobernación parecen convencidos de que continuará la presión de la Rosada

Pero, y aquí está el punto conflictivo, el kirchnerismo mantiene latente la amenaza de una posible citación al ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, versión que se ha reflotado en las últimas horas en el mundillo K. Ese paso pondría a Casal al borde de la renuncia. Scioli, sin embargo, acaba de respaldarlo otra vez con el anuncio de nuevas medidas. Respaldo que llegó cuando, además, vuelve a mencionarse a modo de rumor la idea sciolista de desdoblar ese ministerio caliente como una forma de preservar al ministro.