Es necesario garantizar el pleno funcionamiento de los comedores escolares

La cierta posibilidad de que los comedores escolares de la Provincia vean cortado a partir del miércoles próximo el servicio de viandas que reciben -a partir de una deuda estimada en 500 millones de pesos que mantendría la administración bonaerense con las empresas proveedoras que, como medida de protesta, interrumpirían la entrega de viandas- exige una oportuna intervención de las autoridades competentes para normalizar la situación con la máxima celeridad.

Tal como se informó, la posibilidad de que miles de chicos que asisten a comedores escolares en el Conurbano y el interior bonaerense queden sin ese servicio esencial se encuentra subordinada a las negociaciones que en estas horas realizan el gobierno provincial y las empresas proveedoras de menús que allí se sirven.

La Asociación de Prestadores de Servicios a Comedores Escolares y Afines (Abpscea) ratificó que si la propuesta del gobierno bonaerense no satisface las necesidades de las empresas, muchas de las cuales no cobran desde principios de año, a partir del miércoles interrumpirán el servicio.

Tal como se informó, el jueves pasado, luego de que desde la entidad se lanzara la medida de fuerza, el Ejecutivo anunció que depositaría 46,5 millones de pesos para cancelar parte de la deuda global. En ese marco, desde el ministerio de Desarrollo Social explicaron que el pago implicaba el fin del conflicto. Pero los proveedores salieron al cruce y ratificaron la amenaza del corte del servicio.

Lo cierto es que, sin fijar en modo alguno posición sobre la controversia planteada, no puede menos que señalarse que un virtual cierre del servicio que prestan los comedores escolares afectaría, en primer término, a las familias con necesidades más extremas y que ello podría generar daños irreparables. Se conoce perfectamente que un solo día que deja de funcionar un comedor puede provocar emergencias realmente dramáticas en muchas familias. Se está, por consiguiente, ante la necesidad imperiosa de que el Estado despeje el conflicto planteado.

Tampoco se podría ignorar que las escuelas públicas de los primeros niveles han ido acrecentando sus roles en los últimos tiempos, dejando de ser establecimientos en los que sólo se imparten conocimientos educativos para ir convirtiéndose en verdaderos núcleos de asistencia social, comprometidos íntimamente en cuestiones socioeconómicas, fundamentalmente asistenciales y sanitarias. De allí la importancia vital que tienen los comedores escolares.

Lo fundamental es que se comprenda, entonces, que los comedores escolares prestan en la provincia de Buenos Aires un servicio absolutamente indispensable y que, en una emergencia como la que se ha planteado, debe extremarse esfuerzo y arbitrarse las medidas que hicieren falta para garantizar su funcionamiento.

Si hay algo que no puede postergarse es la alimentación de chicos que viven con angustiantes necesidades.