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Revista Domingo |NOTA DE TAPA

Las andanzas de un robot en Marte

Desde siempre, el hombre fantaseó con llegar al planeta rojo. Y si bien para el “amartizaje” humano todavía faltan unos años, un representante de la humanidad ya está caminando por el suelo marciano. Qué representa para la ciencia y que progresos puede aportar este alarde de tecnología enviado por la Nasa que fascina al mundo

Las andanzas de un robot en Marte

Las seis ruedas del Curiosity rodando por Marte, en un dibujo confeccionado por la Nasa que adelantaba lo que está haciendo por estos días el explorador en el planeta rojo

26 de Agosto de 2012 | 00:00

La Nasa fascinó al mundo con un despliegue de tecnología sin igual al posar a su robot estrella, el “Curiosity”, sobre la superficie de Marte, y las andanzas de este extraño “mecano” de seis ruedas despertaron al mismo tiempo una singular expectativa tanto en el mundo científico como en el común de los mortales, que ven en este paso a un logro trascendente para la humanidad.

Sin embargo este despliegue tecnológico no es más, dicen, que un paso previo para la aventura mayor: la llegada del primer ser humano al suelo de otro planeta. En eso anda la misma Nasa, que lo anuncia para el año 2030, pero también otras potencias espaciales, como la India, y hasta empresas privadas, que vaya a saber con qué sustento científico, ya están vendiendo pasajes a Marte con el objetivo de formar allí una colonia, con la salvedad de que esos pasajes son “sin retorno”.

Pisar suelo marciano ha sido, desde siempre, un anhelo del hombre, y a ello se han referido narradores de ciencia ficción con singular éxito. No obstante, la ficción de antaño parece haberse convertido en la realidad de hoy, y aquel viejo objetivo pareciera estar muy cerca de cumplirse.

En este marco, muchos se preguntan qué representa, verdaderamente, este coqueteo del Hombre con su planeta más soñado.

Para el doctor Adrián Brunini, decano de la facultad de Astronomía de la UNLP, la llegada del “Curiosity” a Marte representa “un paso significativo para el hombre en su investigación para determinar las condiciones de vida en Marte”.

Según Brunini, hay evidencias que nos indican que el medio ambiente marciano fue en algún momento mucho más benévolo de lo que lo es en la actualidad.

“Hay pruebas, por ejemplo, de que existieron ríos. Por eso es importante todo el material que recolecte el Curiosity, ya que permitirá saber qué condiciones pueden existir para la vida fuera de nuestro planeta”, sostiene el especialista platense.

TALADROS Y CUCHARAS EN EL ESPACIO

Aunque la exploración de otros mundos lleva más de medio siglo de experimentación, todavía es muy poco lo que se sabe de Marte.

Buscando develar nuevos interrogantes, la llegada del explorador Curiosity al suelo marciano representa un paso trascendente.

El explorador de la Nasa lleva a bordo un “laboratorio marciano” compuesto por 10 instrumentos científicos, con una masa que es 15 veces más grande que las cargas utilizadas en las anteriores misiones, Spirit y Opportunity.

De acuerdo a lo que explican los especialistas, una de las fases posteriores de la misión se llevará a cabo cuando el robot utilice un taladro y una cuchara en el extremo de su brazo robótico para recoger muestras de suelo y polvo de los interiores de las rocas, a las que luego pasará por un tamiz y las repartirá entre los instrumentos de análisis de laboratorio.

“Con esto las muestras serán mucho más precisas”, apuntó Brunini, quien sin embargo opinó que el objetivo de estas evidencias “no deberían ser la llegada del hombre a Marte, porque para eso están los robots. Llegar a este planeta es importante si nos permite luego ir más lejos en nuestra investigación espacial. Sólo para exploración no es necesario la presencia del hombre”.

En esa línea, el decano de la facultad de Ciencias Astronómicas de la UNLP detalló que en el sistema solar “existen a mi entender lugares más atractivos que Marte para realizar exploraciones, como por ejemplo las lunas de Saturno o Júpiter, pero todavía no se han puesto como destinos porque son mucho más inaccesibles”.

De todos modos, Brunini enfatizó que, al margen de las lecturas personales, la llegada de Curiosity a Marte “sin duda es un paso muy importante”.

¿ES EL PLANETA ROJO?

De acuerdo a lo informado por los hacedores de esta aventura marciana, la misión nominal del Curiosity es de dos años, “aunque no se descarta que dure dos veces más, porque no hay ninguna prisa”, según destacó el propio Pete Theisinger, director de Ingeniería y Ciencias del Laboratorio de Propulsión (JPL) de la agencia espacial estadounidense.

Mientras tanto, las primeras imágenes que el robot transmitió poco después de aterrizar fueron en blanco y negro y en baja resolución, tomadas con unas pequeñas cámaras instaladas para detectar posibles daños en sus ruedas.

Pero en la nueva tanda de imágenes, se pueden apreciar colores distintos a los alguna vez pensados y que llevaron a bautizar al planeta vecino como al “planeta rojo”.

Es que en esas imágenes se puede ver una superficie aparentemente terrosa, en tonos ocres y anaranjados, que reflejan lo que “vio” el Curiosity según se acercaba a la superficie marciana.

Esas fotos fueron tomadas con el instrumento Mars Descent Imager, conocido como MARDI, instalado a bordo del rover que envió a la Tierra solamente en sus primeros dos días de aventura un total de 297 imágenes que dan una idea de cómo fue el descenso del artefacto en el cráter Gale.

Según informó la Nasa, se trata de una vista previa de las aproximadamente 1.504 imágenes que ha almacenado la memoria del robot.

El explorador tomó además otro grupo de imágenes, ya en horizontal, con el instrumento MAHLI (Mars Hand Lens Imager), situado en la torreta de su brazo robótico en las que se puede ver la parte norte del cráter Gale.

El principal objetivo de esa cámara es tomar fotografías de primer plano de las rocas y el suelo del cráter, ya que la cámara es capaz de centrarse en un blanco a una distancia de aproximadamente 2,1 centímetros, pero también tiene capacidad para tomar imágenes generales del paisaje marciano.

FASCINANDO A LA CIENCIA

Mientras tanto, la aventura más reciente de la Nasa en Marte le está dando al mundo algo más que unos cuantos vistazos de un paisaje en el espacio.

Es que los científicos de la Nasa creen haber abierto una ventana con el propio viaje, desde secuencias de video del descenso y una foto del vehículo colgando de un paracaídas hasta una imagen que muestra varias piezas del equipo esparcidas sobre la superficie marciana luego de ser descartadas por la nave antes de su “amartizaje”.

“Es algo espectacular”, dijo el subdirector científico de la misión, Joy Crisp, al referirse a ese primer video. “Nunca tuvimos eso antes”.

Lo cierto es que desde que el laboratorio rodante se posó dentro de un antiguo cráter marciano, ha fascinado a los científicos, tanto con las imágenes logradas de su entorno, como con la descripción de una montaña de tres kilómetros de altura convertida en su próximo objetivo.

Pero más allá de su entorno, el

Curiosity le ha dado a los científicos un sentido sin precedentes de lo que significó llegar a su destino marciano.

Por lo pronto, el laboratorio itinerante envió unas 300 imágenes en miniatura sobre su propio viaje que la Nasa procesó para crear un video de baja resolución que muestra los últimos dos minutos y medio de su caída en picada a través de la delgada atmósfera marciana, durante los famosos “7 minutos de terror”, en los que este robot inteligente se deshizo de varias piezas que los investigadores pudieron ver casi “en vivo y en directo”.

“Es como una foto de la escena del crimen”, exclamó como incrédula Sarah Milkovich, quien no es una observadora cualquiera sino que es una de las científicas de la Nasa que participa de la operación de su “joya” en Marte.

LOS ADELANTOS DE LA CIENCIA FICCION

Casi desde siempre, con Ray Bradbury tal vez como su máxima expresión, la ciencia ficción ha escogido a Marte como uno de los planetas preferidos para ubicar allí a humanos escapando de la Tierra o a nativos con las más disímiles características.

Recientemente, sin ir más lejos, llegó a las salas platenses una taquillera película, “El Vengador del Futuro”, que se basa en un libro cuya historia futurista señala la posibilidad de colonias de humanos en el planeta rojo.

Pero esta fascinación humana por todo lo referido a Marte comenzó en realidad en el año 1877, cuando Giovanni Virgilio Schiaparelli creyó notar que este planeta contaba con dos satélites y que en la superficie parecía haber líneas marcadas que llamó canales o cauces, lo que se interpretó como que eran canales artificiales, estimulando la creencia de que vivían allí seres inteligentes.

Más adelante, en 1895, Percival Lowell escribió en su libro “Mars”, que “Marte estaba habitado por seres inteligentes pero se encontraba en vías de desertización, y poco después, Herbert George Wells sacó su libro La Guerra de los Mundos, en la que unos marcianos gigantes de tres pies invadían la Tierra en búsqueda de un nuevo planeta para habitar.

Nada de eso obviamente ocurrió ni ocurrirá. Por ahora, hay un robot que anda “curioseando” por un planeta amigo. Y eso, ya parece suficiente ciencia ficción.

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