Indagan al sospechoso por el caso del albañil asesinado

El fiscal que interviene en la causa por el crimen del albañil Carlos Antonio Loayza (50), asesinado durante un asalto en Melchor Romero, solicitó ayer la detención del imputado como el autor material, la que fue avalada por el juez de Garantías Fernando Mateos, informaron fuentes judiciales.

El acusado es Alan Alfredo Impini (20), quien fue atrapado por efectivos del Gabinete de Homicidios de la DDI y de la comisaría de Melchor Romero, en una vivienda de la calle 44 entre 169 y 170.

En tal sentido, fuentes judiciales indicaron que el sospechoso quedó imputado en una causa por “homicidio en ocasión de robo y portación de arma de guerra”.

Por otra parte, trascendió que durante la jornada de hoy será indagado. Aparentemente la indagatoria se postergó porque el imputado designaría un abogado particular para que lleve adelante su defensa.

Voceros de la investigación indicaron que, al margen de este caso, sobre Impini ya recaía otro pedido de captura, en una causa por “hurto agravado”.

UNA POSIBLE SECUENCIA

Si bien la hipótesis actual de los investigadores es que en ambos casos actuaron dos autores distintos, ello no implicaría que no existan vinculaciones entre ambos episodios.

De hecho, una de las conjeturas de los investigadores es que el segundo de los hechos pudo ser una consecuencia del primero. Es que, ambos sospechosos son amigos. Y, una de las posibilidades que se investigan es si, durante esa madrugada, Impini se enteró de lo ocurrido en el club donde Jonathan Aguirre murió asesinado de dos disparos e, inmediatamente, quiso ir hacia la casa del acusado.

“Posiblemente se enteró que el menor tenía un problema y quiso ir hacia allí. O pretendía la moto para ayudarlo a huir”, conjeturó un investigador.

DOS ARMAS

Lo concreto es que, según estiman, interceptó al albañil en la calle 165 entre 530 y 531, donde se encontró con la resistencia de la víctima a que le saquen el rodado. “Aparentemente lo empuja y ahí gatilla”, aventuró una fuente.

Los pesquisas estiman que tras ambos hechos, uno de ellos, o un tercer cómplice, posiblemente del entorno familiar, se ocupó de esconder las armas.

Ambas, calibre 9 milímetros, fueron encontradas anteanoche por la Policía enterradas en una maceta junto a la casa del menor acusado por uno de los asesinatos.

Esa vivienda sería propiedad de una odontóloga, que, asustada, no pudo evitar que las ocultaran en ese sitio.

También trascendió que el sospechoso de haber robado la moto al albañil la habría vendido luego a una suma de $400. La hhallaron casi desarmada en una vivienda.