Entró a robar en la casa de un ex campeón de box: salió trompeado

Cuando en la mañana de ayer dos motochorros vieron salir al ex campeón argentino y sudamericano de boxeo, el platense Hugo Alfredo Luero (56), de su casa de Villa Elvira, seguramente creyeron que dentro del inmueble ya no quedaría nadie. Y más teniendo en cuenta que en el frente de la propiedad hay un cartel de una inmobiliaria que anuncia su puesta en venta.

Eran las 11.30 y los ladrones decidieron aprovechar la oportunidad. Uno de ellos forzó un acceso e ingresó a robar a esa vivienda de la calle 72 entre 11 y 12, mientras su cómplice quedó afuera sentado en la moto y haciendo de “campana”.

Pero en el interior de ese domicilio permanecían durmiendo la esposa del púgil y uno de los hijos del matrimonio. Un dato que el ladrón no consideró y terminaría lamentando.

LO SORPRENDE ROBANDO

Luero -quien se destacó durante la década del ´80, en la categoría welter junior- le contó a EL DIA los increíbles detalles que rodearon a este episodio de inseguridad.

En tal sentido, hizo saber que “fue mi mujer quien se despertó al escuchar fuertes ruidos. Y creyó que era porque había entrado nuestro hijo Mauro (22)”.

De inmediato el ex boxeador contó que “entonces se levantó de la cama y se encontró con una sorpresa tremenda: en el comedor había un ladrón que le pasaba cosas a otro que estaba afuera”.

“El delincuente no la vio, por lo que le avisó a nuestro hijo Diego, de 27 años, que sin darse cuenta de lo que ocurría seguía durmiendo”, agregó.

A partir de ese instante, y durante varios minutos, se vivieron los momentos de mayor tensión. Según lo relatado por Luero, “Diego agarró una mancuerna y le pegó primero al delincuente en la espalda. Enseguida forcejearon y el ladrón, que tenía unos 26 años, cayó al futón y ahí `Italia`, nuestra perra pitbull blanca de siete años, lo mordió en los brazos al ver que estaba peleando con Diego”.

Luero -quien desde hace varios años se dedica a la organización de eventos boxísticos- aseguró que “el ladrón habrá estado en total como 20 minutos en casa y como mi hijo le estaba pegando mucho, le pidió desesperado a mi esposa que le abriera la puerta de calle para escapar”.

La mujer accedió a ese pedido, pero el hijo, aún indignado, decidió salir a correrlo y lo alcanzó en la esquina de 72 y 12. “Ahí le dio varias trompadas más, hasta que el `chorro`, ya muy lastimado, zafó y huyó enseguida”, acotó.

Por último, citó que “hace 22 años que vivimos acá y es el segundo robo que tenemos”.