Quejas por ruidos molestos en 8 y 526

Foto Alex Meckert

Después de un año de relativa tranquilidad, de vuelta a “remar”. Así aseguran sentirse los vecinos de la zona de 8 y 526 ante el recrudecimiento de ruidos molestos y “excesos de la nocturnidad” que atribuyen a un resto-bar allí ubicado.

Para los tolosanos, que a fines de 2011 habían logrado encauzar la convivencia urbana en el barrio, movilización mediante, se tata de “un paso atrás” en materia de “contaminación sonora“, “descontrol” y“excesos de ocupación”.

“Tuvimos fiestas al aire libre, con escenario y sistemas de sonido, el viernes y el sábado hasta las cinco de la mañana” repasa Mirta Mansilla:“cuando vimos que también armaban para el domingo -cuando terminaron ‘temprano’, a eso de la una-, fue el colmo; pero no nos sorprendió, porque se manejan con impunidad total.

Ahora empezamos la semana laboral como zombies por falta de sueño”.

A mediados de 2011, en el triángulo de un cuarto de manzana comprendido entre las avenidas 526 y Antártida Argentina y la calle 8 se radicó un emprendimiento caracterizado como “música-restó”.

El lugar había sido sucesivamente un parque de acceso público con frondosos eucaliptos, el campo de deportes de una agrupación infantil -desalojado cuando comenzaron las obras de remodelación del corredor vial aledaño-, y una parrilla