Grave ataque de una paciente a personal del hospital Larrain

LAS MÉDICAS CARINA GIGLI Y SONIA PASCOLINI JUNTO A GLADYS, DEL PERSONAL DE SEGURIDAD, RECLAMARON PROTECCIÓN PARA EL HOSPITAL

La violencia que con alarmante frecuencia estalla en hospitales y centros de salud, y que, semanas atrás movilizó el pronunciamiento de repudio por parte de distintas agremiaciones, desencadenó ayer otro grave incidente.

Esta vez le tocó a personal del hospital Larrain de Berisso, cuando al menos cinco personas sufrieron agresiones a manos de una paciente que se exasperó ante la respuesta de una médica, a quien insultó y golpeó.

La víctima fue la ginecóloga Carina Gigli (44), que ayer a la tarde cumplía con la guardia en el servicio de Maternidad.

A las 14.30, llegó a los pasillos de ese centro médico una joven “de entre 16 y 17 años”, según las descripciones de los testigos, que interceptó a Gigli y le pidió que le hiciera un test de embarazo.

Según contaron, nadie le negó la atención, pero como se trataba de una consulta que no era de urgencia, la doctora le pidió que respetara el procedimiento para esos casos y esperara a ser atendida en un consultorio.

“Pero quería que la atendieran ya, de inmediato. No le gustó la respuesta que le di y me empezó a decir de todo y a tirarme del pelo”, contó a EL DIA la propia médica agredida.

La adolescente continuaba “fuera de si”. A los golpes a la doctora se le sumaron similares reacciones contra el personal de seguridad que se acercó para apartarla e intentar calmarla.

“Entre cinco personas no la podíamos hacer ir. Yo me metí en el medio de ellas dos. Cuando empujé a la chica, me golpeó y me rasguñó los brazos”, relató Gladys, empleada de seguridad del hospital, que también sufrió lesiones en una de sus manos.

Finalmente, la joven fue expulsada del sector de Maternidad, aunque allí persistió la alarma durante varias horas. “Acá puede entrar cualquiera cuando quiere, para agredirnos, maltratarnos o hacer lo que tengan ganas”, consideró Gigli.

“Esta situación de violencia en los hospitales es moneda corriente. Necesitamos más seguridad que controle lo que pasa acá adentro, porque el personal que custodia no puede hacer nada, y el botón antipánico que instalaron tampoco sirve”, opinó Sonia Pascolini, también médica del Larrain.

A este contexto de violencia se le suma otro factor que potencia la posibilidad de incidentes: desde fines del año pasado, el hospital Cestino de Ensenada permanece cerrado por refacciones.

Por ese motivo, el centro médico de Berisso se encuentra excedido en cuanto a la afluencia de pacientes que necesitan atención.

“Hay dos médicos de pediatría que en las últimas dos semanas sufrieron varios traumatismos en la cara. Necesitamos más seguridad para no trabajar expuestos a este tipo de cosas”, pidió Gigli.