Una carrera cada vez “menos femenina”

¿Por qué razón las mujeres se alejan cada vez más de la informática, una de las disciplinas más requeridas del mercado laboral y que ofrece mayores beneficios económicos? Este es el interrogante que desvela a los especialistas a la luz de datos estadísticos que demuestran una drástica caída de la presencia de mujeres en ese campo.

Los números son elocuentes: en la década del ´70, cuando por primera vez se dictó la carrera de computación en la Argentina (más precisamente en la Universidad de Buenos Aires), el 60% de quienes obtuvieron su título fueron mujeres. En la actualidad el trabajo en informática solo es elegido por una 13% de mujeres en todo el país, según datos manejados por la Fundación Sadosky.

Esos datos motivaron al ministerio de Ciencia y Tecnología a impulsar una investigación para conocer porqué las argentinas se alejaron de esta disciplina y diseñar una estrategia eficaz para volver a atraerlas.

Cabe destacar que esta tendencia se produce en momentos en que la Argentina necesita un mínimo de 7.000 profesionales por año en computación, mientras el sistema sólo produce 3.500 graduados anuales, si se consideran tanto carreras universitarias como terciarias.

en la plata

Esta tendencia - que dista de limitarse a nuestro país y hoy motoriza planes para revertirla en países tales como Estados Unidos- también se nota en la Facultad de Informática local, donde la cantidad de alumnas se redujo de manera sostenida a lo largo de la última década.

Así, si en el año 2000 el 34% de los alumnos inscriptos en esa facultad eran mujeres, en 2011 ese porcentaje tocaba su punto más bajo (19%).

“Son muchas las hipótesis que se manejan para tratar de explicar este fenómeno, no sólo en la Argentina, sino en todo el mundo. Pero por el momento no tenemos certezas”, dice Javier Díaz, decano de esa facultad platense y director del Cespi (Centro Superior para el Procesamiento de la Información de la UNLP).

Díaz considera que una de las posibles causas es una imagen distorsionada que la sociedad tiene de la informática, como de algo alejado del universo femenino. Otro factor a tener en cuenta es la inexistencia de referentes femeninos en el campo con la misma presencia mediática de un Bill Gates, un Steve Jobs o un Mark Zuckerberg.

En todo caso, de lo que Díaz no duda es de la necesidad de “poner en valor el rol de la mujer” en la disciplina, un rol “que en este momento aparece un tanto desdibujado”.

Cuando se consulta a las propias alumnas de la carrera sobre su visión de la tendencia aparecen nuevos elementos.

Algunas hablan de la presión que representa para muchas mujeres manejarse en un ambiente donde los hombres son abrumadora mayoría. Otras destacan que hay factores culturales por los cuales las mujeres se inclinan más a elegir carreras humanísticas antes que aquellas que, como Informática, se caracterizan por su importante carga de materias como matemáticas.

Para María Florencia Villamento, que cursa el tercer año de la carrera mientras, paralelamente, trabaja, “el factor clave es el tiempo”.

“La Informática es una carrera y una ocupación que demandan mucho tiempo, esa es una de sus principales características. Y mientras el hombre suele disponer de más tiempo para investigar nuevos lenguajes y dedicarle horas a los temas que aborda, la mujer suele estar obligada a repartir su atención en otros asuntos, como las tareas de la casa”, opina.

Lo cierto es que la tendencia se mantiene aún este año: del curso de ingreso que empezó el 28 de enero ya desertó la mitad del alumnado femenino, según cuentan alumnas de ese curso: “actualmente somos 13 en un curso de 100 personas”, dice Leslie Nagel (17), una de las ingresantes.

A la luz de esta situación que se vive en todo el país, desde la fundación Sadosky convocó a profesionales de distintas disciplinas del campo informático a presentar elementos que permitan elaborar un diagnóstico a partir del cual generar ideas para atraer a las mujeres.

Los puntos a analizar son las diferentes percepciones que hombres y mujeres tienen sobre la informática en el momento de elegir una carrera y la información que unos y otros manejan.