“Perdí todo”, la frase más repetida por la gente

Aunque lo había perdido casi todo y su casa de 524 entre 24 y 25 parecía una zona arrasada por un tsunami, Mirta Guevara mantenía cierta calma y una rara jovialidad. “Qué puedo hacer -decía-, lo perdimos todo pero al menos estamos bien. Acá la tormenta fue terrible y se de varios vecinos que murieron. Ante semejante panorama, lo único que puedo hacer es agradecer que todos en mi familia estén con vida”.

Mirta se tuvo que evacuar en el centro de 25 y 526 ni bien empezó a llover. Su cercanía con el arroyo le hizo de entrada sospechar lo peor. “Vivo con mis seis hijos y mi nieto de diez días -contó-. Cuando empezó a llover con semejante fuerza supe que el agua iba a llegar adentro, por eso nos preparamos para evacuarnos rápido. Aunque te digo la verdad: nunca pensé que la tormenta iba a generar tanto desastre”.

En ese mismo centro y con un relato similar se escuchaba la voz de Elena Beatriz Gómez, una vecina de 27 y 524 que despotricaba contra las autoridades de gobierno. “Toda mi cuadra está inundada -decía-, con gente en los techos y familias destrozadas, pero hasta ahora no se acercó nadie del municipio a socorrernos. Tuvimos que evacuarnos en el centro de salud por nuestra propia cuenta. Es increíble que ni siquiera aparezcan”.

Cerca de Elena, con una familia integrada por once personas en una vivienda de 523 entre 16 y 17, Gloria Cruceña asentía en silencio y contaba su historia: “Mi marido quedó en la casa porque no se puede mover. Está recién operado de la vesícula. No tiene donde dormir y no le quedó nada ni para cocinarse, pero otra no había. Me vine con mis hijos y con mis nietos para acá porque el agua llegó a más de dos metros. Ahora por suerte ya bajó, pero dejó todo destrozado. Es como si fuera el fin del mundo; jamás creí que iba a vivir para ver esto. Pero bueno, viendo lo que sucedió en otros casos una tiene que agradecer de tener a toda la familia con vida. Aunque se haya perdido todo, al menos quedamos nosotros”.