El escenario electoral, a la espera de definiciones

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

E l joven intendente de Tigre, Sergio Massa, ha demostrado que sabe manejar la ansiedad: todo el mundo político vinculado al peronismo, y algunos factores de poder enfrentados al oficialismo nacional, lo apuran para que defina si será candidato a diputado en octubre próximo y sin embargo él no larga palabra; sólo alguna pista difusa que se presta a interpretaciones diversas.

Sabe Massa, cuya escuela política fue el justicialismo del partido bonaerense de San Martín, que la fecha tope para su decisión debería ser el 13 de mayo próximo, último día en que el Gobierno nacional puede firmar la convocatoria a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias.

La prudencia de “Massita”, como le decían los caciques peronistas cuando el muchacho no era un par de ellos sino un principiante, es entendible: si sale la ley de reforma judicial que estipula la elección de una parte de los integrantes del Consejo de la Magistratura por el voto popular, ese comicio debería realizarse en las Primarias del 13 de agosto. Lo que cambiaría bastante el escenario y obligaría a la Casa Rosada -y a todos los demás espacios políticos- a reformular su lógica de campaña, acaso cambiando el eje y enfocando la atención no tanto en el capítulo legislativo de la elección sino, justamente, en el vinculado al de los candidatos a consejeros.

VARIOS NOMBRES

Es sobre esa hipótesis de cambio que, hoy por hoy, se escuchan en el kirchnerismo un sinfín de versiones respecto a quién podría encabezar una eventual candidatura oficial al Consejo de la Magistratura. Desde el secretario Legal y Técnico, Carlos Zanini -acaso el funcionario más influyente del Gobierno- hasta el hoy juez de la Corte Suprema nacional, Eugenio Zaffaroni, pasando por Alicia Kirchner, quien por ahora sólo aparecía como la carta del oficialismo para la lista de candidatos a diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires.

Los más pícaros, incluso, deslizan la posibilidad de que finalmente sea Massa el postulante del oficialismo al Congreso. Lo que en principio iría en contra del perfil diferenciador que él mismo ha edificado. Y que empezó a erigirse con su salida del gobierno nacional –fue jefe de Gabinete de Cristina y, antes, titular de la Anses- y con la difusión de los incómodos cables de Wikileaks que recogieron apreciaciones suyas más bien despectivas respecto a la salud mental del fallecido ex presidente Néstor Kirchner. Difícil ese escenario de convergencia con los K: sería toda ganancia para la Presidenta, que podría así asegurarse la elección demoledora que, hoy por hoy, parece no tener porque la ministra de Desarrollo Social recoge menos adhesiones que el tigrense.

En efecto, lo que sabe Massa realmente, aún cuando su radio de acción política real sólo se limita a Tigre y a algunos otros distritos aliados, es que todas las encuestas provinciales le otorgan un buen nivel de intención de voto. Lo que en definitiva habla de que, además de saber manejar la ansiedad, el hombre sería un atento lector de la realidad mediática local y de los nuevos códigos de relacionamiento comunicacional entre la gente y sus representantes.

No sólo el oficialismo quiere saber si jugará en octubre, tal vez con la secreta intención de reclutarlo. Incluso el peronismo no kirchnerista le sigue los pasos. En el búnker del colorado Francisco de Narváez, por ejemplo, no ocultan que miran con atención los pasos que dé el intendente de Tigre.

OTRO ESCENARIO

Adoradores de los sondeos, allí también saben que una candidatura de Massa les cambiaría un escenario que ellos juzgan como relativamente favorable. No porque ya tengan números que dan al diputado como ganador indiscutido sino porque esas cifras propias sí están hablando de cierta recuperación del rol de claro opositor, luego de un amesetamiento que comenzaba a preocupar bastante en su entorno. Ya es historia conocida la autocrítica que hizo De Narváez por no saber capitalizar políticamente aquel triunfo de 2009 sobre el propio Kirchner.

Cada vez más cercano a Daniel Scioli aunque en proceso de disimularlo, el Colorado picó en punta con el posicionamiento personal instalando la campaña “Ella o vos”, en la que claramente busca polarizar con el Gobierno nacional. Sobre aquel eslogan, para muchos analistas un acierto pero para otros demasiado agresivo, se supo que es una creación del experto en marketing político español Antonio Sola, que trabajó con éxito en las campañas de los conservadores José María Aznar y Mariano Rajoy, y en otros países como Guatemala, México o Haití. Tal vez lo haya recomendado el ex presidente interino Eduardo Duhalde, con quien hizo algunos trabajitos electorales en la Argentina.

La desmentida versión de un pacto Scioli-De Narváez, que agregó un poco más de tensión a la de por sí tirante relación entre el Gobernador y la Presidenta, no dice que ambos buscarán competir en la misma boleta electoral en octubre próximo sino que el sciolismo haría las veces de garante o articulador de un armado que junte, detrás de la cara visible del Colorado, al peronismo provincial que está más alejado de la Casa Rosada. Un esquema que luego podría ser puesto al servicio de una candidatura presidencial del gobernador bonaerense.

¿UN MITO?

Lo dicho: el desmentido rumor sobre el acuerdo está instalado incluso hacia afuera de los límites del PJ. Al punto que también se ha divulgado una versión secundaria (¿mito?) respecto a que la inversión publicitaria que hizo el denarvaeísmo para la impactante campaña “Ella o vos” habría corrido por cuenta de algún espacio vinculado al sciolismo. Dicen, incluso, que esto fue lo que verdaderamente enojó a Cristina, cuando un infidente le llevó ese dato venenoso a Olivos. Este diario consultó a voceros de ambos campamentos, en La Plata y en Las Cañitas, y negaron rotundamente el asunto.