Animales sueltos: un peligro de todos los días en la Autopista

Imprevisible ruleta en la que los conductores pueden jugarse la vida un día cualquiera, el tramo de la Autopista más cercano a nuestra ciudad sigue siendo sinónimo de animales sueltos. Lejos de solucionarse, el problema que afecta al principal enlace caminero entre la Región y la capital federal se agudiza, a punto tal que en las últimas dos semanas la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) debió emitir alertas específicas virtualmente día por medio.

“A pesar de estar en la órbita de la Nación, colaboramos con la Provincia en los patrullajes, porque nuestro objetivo es reducir la mortalidad en las rutas más allá de su jurisdicción” sostienen en la dependencia que destina cotidianamente varios móviles a chequear las condiciones de circulación de la Autopista: “pero es el gobierno bonaerense el que debería intimar a la concesionaria a cercar, al menos, los dos o tres lugares puntuales en que se repite la aparición de animales”.

Entre los tramos más “calientes” están los que median entre los kilómetros 24 y 31, mano hacia la capital federal, y los kilómetros 40 y 44, mano hacia La Plata. Caballos y vacas, particularmente los primeros, merodean la cinta asfáltica poniendo los pelos de punta a los automovilistas y choferes del transporte púbico que atinan a divisarlos.

Entre los comunicados más recientes de la ANSV se cuentan los del 30 de mayo -advirtiendo por animales sobre la calzada del kilómetro 29.500, hacia la Capital-, 28 de mayo -el mismo lugar-, 23 de mayo -kilómetro 29, misma mano- y 22 de mayo -kilómetro 41, mano a nuestra ciudad-.

Si bien los equinos, vacas e incluso perros se pueden ver ocasionalmente a lo largo de la mayor parte del trayecto entre La Plata y Quilmes, donde los campos dejan paso definitivamente a áreas urbanas, asentamientos y barrios residenciales, es en los enclaves semi-rurales que se suceden en el límite entre las jurisdicciones platense y ensenadense, desde la “laguna del Aeroclub” hasta el parque Pereyra, donde es cada vez más asidua su presencia.

ACCIDENTES Y DENUNCIAS

El jueves 21 de febrero pasado, poco más de un kilómetro después de acceder a la autopista “Ricardo Balbín” en Tolosa, la conductora de un Ford Ka se topó con un caballo; la brusca maniobra que siguió lanzó al vehículo a un vuelo descontrolado que terminó sobre los pastizales de la banquina. Con todo, “sólo” hubo que lamentar un coche destruido.

En Coviares, la empresa concesionaria de la autopista, hoy bajo contralor del Estado bonaerense, explicaron que la presencia de animales es consecuencia de la rotura de alambrados en diferentes puntos de la traza. Y las atribuyeron a diferentes causas: “naturales”, como el desgaste de los materiales, e intencionales. Además, admiten que aunque se realizan recorridas para detectar este tipo de inconvenientes y se promueven reparaciones periódicas, los hechos se siguen encadenando.

TAREAS DE PREVENCION

En la ANSV puntualizan que “cuando tomamos conocimiento de alguna fuga de animales en nuestra base de Hudson, sea por una denuncia o por patrullaje, acercamos los móviles al lugar y los inspectores tratan, con los medios a su alcance, de evitar que se dispersen o crucen la calzada. Si se contara con un alambrado del tipo ‘antivandálico’ además del corriente de los campos, otro sería el panorama”.

A fines de 2011, una violenta colisión entre una vaca y un Peugeot 206 terminó en denuncia judicial por parte del damnificado, el platense Pablo Zuccarelli, quien alegó que “había cuatro vacas sueltas, una me pegó del lado derecho y me sacó hacia la banquina”.

Zuccarelli intimó a Coviares a resarcirlo, pero la firma lo desestimó alegando que sus “esfuerzos de control” pueden ser infructuosos “teniendo en cuenta la actitud desaprensiva de los dueños de los animales”.