El ebook no es “el monstruo” que mata a los libros de papel

Por LAURA LOPEZ SILVA

Hace unas semanas finalizó la 39º Feria del Libro de capital federal y por estos días se está desarrollando la misma actividad en la Ciudad. Este movimiento editorial muestra que el mercado del libro en papel sigue vigente en el país, aunque los datos del exterior indiquen otra realidad.

Y es que La Asociación de Editores de Estados Unidos dijo que en 2012 los ebooks ganaron terreno en todas las categorías, representando casi la cuarta parte de los ingresos de las editoriales. Pero además indicó que por primera vez, la facturación neta de la venta de libros electrónicos superó la de libros en papel durante el primer trimestre de 2012. La característica de esta nueva forma de leer tiene que ver con el avance de la tecnología y el mercado por internet. Por un lado, están los nuevos dispositivos que permiten leer en pantalla: los ereaders, las tablet y hasta los celulares inteligentes.

El 67% de los encuestados lee libros sólo en papel, mientras que el 7% aseguró hacerlo tanto en papel como en pantalla y sólo un 1% solamente en pantalla

Pero además, las empresas como Google y Amazon, que son las que iniciaron el negocio de vender libros por internet, influyen en la tendencia. Ellos negocian directamente con la editorial o con el autor y así el cliente puede recibir en su casa un ejemplar de papel o el formato digital del texto tras hacer la transacción mediante la web.

De esta manera el ahorro del costo del producto se reduce porque no intervienen en la cadena de comercialización las librerías. Con el ebook el valor del producto es aún menor: no hay gastos en papel, impresión, ni distribución, principales factores del crecimiento del rubro en Estados Unidos.

Hace unos años que las editoriales más grandes ofrecen sus títulos en los dos formatos dando la opción al lector de comprarlos por su página. Visto de esta manera, no faltaría mucho para que se dejaran de ver libros en las vidrieras y el mercado quede sólo para internet.

Ante este panorama internacional, cabe preguntarse qué pasa en nuestra región.

La última Encuesta Nacional de Hábitos de Lectura 2011, realizada por el Consejo Nacional de Lectura y difundida en mayo del año pasado dio como resultado que el 67% lee libros sólo en papel, mientras que el 7% aseguró hacerlo tanto en papel como en pantalla y sólo un 1% solamente en pantalla. Los números de la Cámara del Libro Argentina revelan que en 2012 los soportes de publicación de los 96.977.565 ejemplares se distribuyeron de la siguiente manera: un 81,77% se hizo en libro papel; un 17,19% en ebooks; 0,96% en fascículos; y el resto en publicaciones varias.

Pero además de las cifras, es de destacar la opinión de los libreros locales que analizan porqué Argentina no se contagia del fenómeno norteamericano.

Para Esteban Vaquero, dueño de la librería Internacional, de nuestra ciudad y especializada en textos científicos y técnicos, el ebook no va a masificarse por ahora “porque los lectores no se acostumbran a usar la pantalla como soporte, en lo que refiere al tipo de libros que vendo. Pueden empezar a bajar publicaciones de internet y leerlas, pero no se adaptan al formato e imprimir lo que bajan es caro, así que les sigue conviniendo comprar el libro en papel”, explicó y agregó que la tendencia también tiene que ver con una cuestión cultural y económica: “Los dispositivos no están al alcance de cualquier lector ni tampoco se les ha hecho demasiada publicidad”.

Desde la librería Rayuela, explicaron que por su experiencia el ebook y la publicación en papel son por ahora productos que conviven: “No nos vimos afectados por esta nueva tecnología en lo que refiere a una baja en las ventas. Por ahora no ofrecemos el producto, aunque muchas de las editoriales con las que trabajamos sí lo hacen. Si el mercado lo pidiera lo incorporaríamos, pero no es algo que nos preocupe. Estamos al tanto de los avances, pero no creemos que suplante al libro en papel, ese es un formato que no va a morir. Es más, el lector que prefiere los libros en papel es el que recorre librerías, el que pasa, consulta novedades, pregunta, pide recomendaciones; es decir, es el que mantiene un diálogo con el librero”.

Para Eduardo Fuertes, de la librería Atenea, más allá de ser una cuestión cultural, el “retraso” en la incorporación del ebook en Argentina, también se debe a que “ el desarrollo de la tecnología es anterior a la aparición de la necesidad del usuario. No es un producto básico para los lectores. Quizá funcione para profesionales que se actualizan constantemente, y les sea más práctico y económico tener una tablet o ereader que comprarse libros”. El comerciante destacó también que “hasta ahora ningún cliente vino a preguntar por un ebook, creo que es un público diferente. Es un perfil de lector que se maneja por internet en casi todas sus cosas. No va a perder tiempo viniendo acá. Entra en la página de la editorial y lo encarga. Es más, si el libro no se edita en el país lo puede pedir a una editorial del exterior y en cualquier formato”, finalizó.