Rumbo a la batalla peronista de los ocho años

LA PRESIDENTA EN UN ACTO ESTA SEMANA, DONDE ENVIÓ UN MENSAJE CONTRA LOS GREMIOS

Por MARIANO SPEZZAPRIA

Twitter: @mnspezzapria

Sucede cada ocho años. Así, al menos, pasó las últimas dos veces. Y está por verse si ese plazo se cumplirá nuevamente este mismo 2013. Los recambios de liderazgo en el peronismo parecen brotar por generación espontánea, pero en rigor tienen un lapso de gestación subterráneo, imperceptible para la sociedad pero de alumbramiento inexorable, porque se trata de un movimiento político nacido para disputar y controlar el poder.

Las últimas transiciones ocurrieron en 1997 y en 2005. Ninguna coincidió con un recambio presidencial, pero resultaron determinantes para el desarrollo de los acontecimientos. La primera de ellas decretó el inicio de la decadencia del menemismo y abrió las puertas a la etapa duhaldista en el PJ. Esa facción del peronismo no llegó a la Presidencia a finales de 1999, pero lo hizo dos años después, en medio de la peor crisis argentina.

REPASO HISTORICO

La historia es conocida, pero sirve para entender la actual situación: tras la derrota definitiva de Carlos Menem, Eduardo Duhalde dejó el sillón de Rivadavia a Néstor Kirchner en 2003. Pero sólo dos años después el kirchnerismo tomó el poder en la interna justicialista con “todas las de la ley”, cuando Cristina Kirchner derrotó de forma inapelable a Chiche Duhalde en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires.

En todas esas refriegas intestinas el peronismo involucró a la sociedad, que fue la que en definitiva bajó y subió el pulgar a los dirigentes según las circunstancias del momento. Entronizado por los votos, el kirchnerismo mantuvo al peronismo bajo control desde aquel entonces hasta este mismo 2013, cuando por primera vez otro sector del propio movimiento se le planta con firmeza. Y el epicentro de la batalla vuelve a ser, como en 1997 y 2005, el territorio bonaerense.

La “batalla peronista de los ocho años” llega, en esta oportunidad, de la mano de Sergio Massa. El intendente de Tigre lanza mañana formalmente la campaña del Frente Renovador bonaerense en el mismo lugar donde asumió como jefe comunal en 2007, en un acto al que asistieron entonces Néstor y Cristina Kirchner, quienes luego lo convocaron a la Jefatura de Gabinete en 2008, cuando el Gobierno debía neutralizar los efectos de la crisis del campo.

Por ende, la trayectoria de Massa no está desvinculada del kirchnerismo, así como la de Néstor Kirchner no lo estuvo de Duhalde, ni la de éste puede negar a Menem. Ahora, ¿son exactamente lo mismo? Cualquier respuesta que se intente al respecto puede ser refutada. Por eso, la teoría de los mil rostros del peronismo sigue vigente. De hecho, el discurso que dará Massa para presentar a los candidatos del FR hablará de la necesidad de iniciar una “etapa superadora”.

LA ECONOMÍA COMO EXPLICACIÓN

Frente a la denostada laxitud ideológica de sus dirigentes, en la línea histórica de los recambios peronistas hay un factor que resulta preponderante para entender los hechos y proyectar un posible desenlace: el curso de la economía. O más bien, el deterioro de la economía. Si se recuerda bien, la insurrección del duhaldismo con el menemismo ocurrió cuando se propagaban las señales de que se agotaba el modelo de Convertibilidad, que finalmente estalló en 2001 en manos de la Alianza.

El mismo diagnóstico hace ahora el massismo sobre el modelo kirchnerista. “Se perdió el rumbo económico”, acaba de advertir Darío Giustozzi, quien secunda a Massa en la lista del FR. El propio intendente de Almirante Brown viene de presentar en sociedad un proyecto de ley para revitalizar el histórico Fondo del Conurbano, con medidas que lo engrosarían desde los escuálidos 650 millones de pesos actuales a nada menos que 14.000 millones de pesos.

Los economistas que trabajan para Massa -Ricardo Delgado, Martín Redrado, Miguel Peirano- son también muy críticos del plan oficial de blanqueo de capitales, que en la primera semana emitió CEDINES por sólo un millón de dólares. El ex presidente del Banco Central hace notar, además, que las reservas internacionales del país vienen cayendo en los últimos ocho meses, acumulando una merma de casi 8.300 millones de dólares desde octubre del año pasado.

En este escenario las acciones de Guillermo Moreno, que en los últimos días clausuró cuatro supermercados y aplicó la Ley de Abastecimiento a las cerealeras por la falta de trigo en el mercado interno, son interpretadas como andanzas de un funcionario convocado a apagar los incendios que provocan los desajustes estructurales de la economía. La inquietud comienza a dominar a los empresarios, incluso a los que ganaron mucho dinero en los últimos años.

El Gobierno lo sabe: de hecho, detectó una reunión de Felipe Solá y José Ignacio de Mendiguren -ambos candidatos del massismo- con encumbrados gerentes de la banca extranjera, pero no pudo evitar hacer una lectura parcial de los hechos e interpretar el encuentro como la gestación de un pacto espurio contra la Presidenta. Con una mirada más amplia, caería en la cuenta de que los hombres de negocios tienen una larga historia de anticiparse a los cambios políticos.

LOS GREMIOS TAMBIÉN SE AGITAN

Si todo esto no estuviera sucediendo, sería impensable que algunos gremios peronistas hayan emitido -como lo hicieron los ferroviarios la semana que terminó- señales de rebeldía expresa hacia el Gobierno nacional. El enfrentamiento público entre el ministro Florencio Randazzo y los maquinistas de trenes, nucleados en el sindicato La Fraternidad, se habría acotado a una negociación de escritorio, como sucedió durante años bajo el ala de Julio de Vido.

Ese esquema regenteado por el ministro de Planificación, con reparto de subsidios y cargos públicos de por medio, estalló por los aires luego de la tragedia de Once. Y ahora la guerra está declarada, para aumentar la desgracia de los usuarios. Hugo Moyano, que viene relegado de la primera plana de la política, percibió rápidamente el nuevo escenario y lanzó un paro nacional de Camioneros. Así que mañana podría faltar nafta y también plata en los cajeros automáticos.

El titular de la CGT Balcarce cuenta con un punto a su favor: el Gobierno nunca resolvió el reclamo de los gremios -incluidos los que comanda el oficialista Antonio Caló- para al menos atemperar el fuerte impacto que sufren los salarios de un sector de los trabajadores por la aplicación del Impuesto a las Ganancias. “La bronca es con la Presidenta”, dirigió la protesta el jefe Camionero, como para que no queden dudas de que tiene marcadas intenciones políticas.

Mientras Cristina Kirchner viajó a Bolivia para respaldar al presidente Evo Morales y Daniel Scioli mantuvo un encuentro con el Papa Francisco en El Vaticano, en el plano doméstico pasaron muchas cosas por debajo de estas dos figuras que dominaron la escena desde la muerte de Néstor Kirchner. Pese a las notorias diferencias que existen entre ellos, siguen en el mismo bando. Y juntos se preparan a enfrentar la batalla política por la que vela armas el convulsionado peronismo.