Las PASO, elecciones por lo menos exóticas

N o lo admiten en público pero sí en reserva. A los políticos en campaña les preocupa que, a diez días de las elecciones primarias, la mayoría de los ciudadanos desconozca -como lo indican las encuestas- cuestiones esenciales de estos comicios. Por ejemplo, para qué se realizan exactamente y cuál es su diferencia con las elecciones generales, que se concretarán el 27 de octubre. Y más en reserva aún -quizás porque varias fuerzas políticas opositoras levantaron la mano para la sanción de la ley que instituyó el sistema-, reconocen que son, en buena medida, las “rarezas” -en rigor, serias incongruencias- de este mecanismo electoral (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, denominadas sintéticamente PASO) las que generan dudas y confusión en los electores.

internas reales y listas unicas, todo mezclado

Ocurre que estos comicios se realizan para un único objetivo: que las fuerzas políticas que participen de las elecciones generales puedan dirimir en las urnas, mediante el voto ciudadano, las diferencias internas que puedan tener y que se traduzcan en la existencia de más de una lista de candidatos. Son comicios destinados únicamente, por lo tanto, a la selección de los candidatos de cada fuerza para las elecciones generales -las “verdaderas”- a través de la voluntad ciudadana.

Pero los mecanismos del sistema y la práctica política se combinan para desvirtuar fuertemente la razón de ser de las PASO.

obligatorias, aunque no haya nada que dirimir

Una condición “rara” del sistema es que son obligatorias, tanto para todas las fuerzas políticas como para todos los ciudadanos.

Así, tienen la obligación de presentar listas en las PASO tanto las fuerzas que efectivamente llevan sus diferencias y matices internos a las urnas, para que sean los ciudadanos los que elijan quiénes serán sus candidatos, como las que definen listas únicas y en la práctica no tienen “internas”.

Y como la mayoría de las fuerzas evita seleccionar a sus postulantes por la vía de las urnas y presenta listas únicas, el sentido de las primarias sufre su primera gran distorsión. Por caso, de las diez fuerzas que presentaron nóminas de (pre) candidatos a diputados nacionales en la Provincia para las PASO del 11 de este mes, sólo en una se anotaron más de una lista. La pregunta del sentido común, entonces, es para qué deben participar las otras nueve fuerzas de elecciones primarias que no tienen en realidad ninguna interna que dirimir en esos comicios.

colectoras: internas que no son pero son

Algunas fuerzas políticas se encargan, por lo demás, de agregar elementos para la desvirtuación del sistema.

A través de su fuerza política “madre” presentan listas únicas en todas las categorías. Pero con el fin de traccionar más votos para sus candidatos de las categorías “principales” (por ejemplo, para los postulantes a diputados nacionales), utilizan el llamado método de las “listas colectoras”. Así, inscriben bajo la denominación de una fuerza electoral distinta de la propia, candidatos para las restantes categorías (a legisladores provinciales o a concejales, por ejemplo), y les permiten “adherir” a su nómina de -en el ejemplo aquí utilizado- diputados nacionales y pegar a ésta sus listas “menores”.

De ese modo, la lista de candidatos al Congreso de un partido X estará “dos veces” en el cuarto oscuro, con postulantes distintos en el resto de la boleta.

Y en las formas ni la fuerza principal ni la colectora tendrán internas, de modo que irán directamente a los comicios generales, pero en la práctica habrá dos sectores de un mismo “tronco” compitiendo por los votos que simpatizan con un mismo espacio.

la obligacion de los ciudadanos

La obligación de los ciudadanos de votar en elecciones primarias es, en tanto, otro aspecto “curioso” de este sistema. De hecho, esos comicios no son obligatorios para la gente en prácticamente ningún país del mundo. La naturaleza misma del acto -participar de decisiones internas de un sector político, como en este caso dirimir pujas vinculadas a la selección de quiénes serán sus candidatos- determina que sólo debería ser ejercido por quienes tengan interés de hacerlo, y no una obligación.

simultaneidad y confusion

Completando un abanico de factores que terminan generando confusión en el electorado, el sistema establece que las primarias de todas las fuerzas electorales deben realizarse simultáneamente. Y como si fuera poco, las fuerzas deben compartir el cuarto oscuro.

Un cuarto oscuro en el que, sobre una misma mesa, están las boletas de las fuerzas que presentaron listas únicas, las de las que tienen verdaderas internas y las de las colectoras. En La Plata, por caso, en las PASO del domingo 11 habrá sobre las mesas de los cuartos oscuros 17 boletas (largas o cortas, según presenten candidatos en todas las categorías o no), que contendrán unas 40 listas de candidatos.

efectos no deseados

Así, un mecanismo que fue presentado como destinado a transparentar y mejorar un pilar del sistema político termina, en la práctica, debilitando a los propios partidos políticos.

Ocurre que, además, la “reforma política” que generó las PASO no modificó otros gruesos “defectos” del sistema electoral argentino, como la simultaneidad de las elecciones municipales con las del resto de las categorías, y como las boletas sábanas, donde es casi imposible conocer a todos los candidatos y donde votar a un postulante al que realmente el elector le quiere dar su apoyo obliga a votar también por otros candidatos de los que quizás ese mismo elector tenga pésima opinión.

Y el sistema de primarias instituido tiene, como se ha detallado, tantos defectos y ha sido instrumentado de tal manera que facilita que sectores sin significación, trayectoria ni adhesiones participen del sistema, en perjuicio de los partidos políticos.