Un auto criollo que correrá contra los vehículos más poderosos del planeta

A pulmón. Meta martillo y cortafierro. Así nació en un taller de Necochea el Rastrojero que –si aparecen los últimos recursos económicos, “que aparecerán” según aseguran los constructores- participará en el Rally Dakar 2014, a iniciarse los primeros días de enero próximo con salida en la ciudad de Rosario.

Daniel Crova y Hugo García son los padres de esta criatura nacional que, en lugar de estar andando lenta entre los rastrojos, porque para eso nació, saltará médanos, trepará montañas y correrá desiertos compitiendo contra los mejores y más poderosos vehículos del planeta.

Como se sabe, el Rastrojero –de los cuales quedan no pocas unidades en las calles del país- es un vehículo de producción argentina, fabricado por Industrias Mecánicas del Estado. Se lo ideó para que realizara, básicamente, tareas de apoyo en el campo y se caracterizó por su dureza, su escasa velocidad y su alto rendimiento.

Ahora, este Rastrojero modelo 1961 con ambiciones deportivas, pintado de blanco, casi enorme y elevado en comparación a la carrocería original, dotado de ruedas patonas recibe, todos los días, piezas nuevas y atención redoblada por parte de estos artesanos, que también serán piloto y copiloto.

“Queremos demostrar que en esta época todavía se puede ser amateur, que todavía es válido el trabajo a pulmón. Queremos dejar en claro que la pasión popular todavía existe, que el automovilismo nacional se hizo así y que todavía sigue así en muchas partes del país”, dice Crova.

Impulsado por un motor Falcon, que representa la fabricación nacional, caja de cambios de Mercedes y muchas horas de trabajo, el Rastrojero diseñado en 1956 -es la primera doble cabina del mundo- se está convirtiendo en un competidor de fuste, que intentará concretar un proyecto argentino para la categoría internacional que brilla en el ex rally París-Dakar, que en su próxima edición cruzará por la Argentina , Bolivia y Chile.

“Mecánicamente tenemos todo resuelto. El motor es un Ford Falcon 4 litros Sprint SP y hasta aquí pudimos llegar por el fundamental apoyo de la comunidad necochense que, mediante distintos tipos de actos, peñas y concursos nos ha brindado algunos recursos. Es claro que aún estamos lejos de alcanzar la suma total que se necesita para la inscripción y para correr” dicen Crova y García. Esa cantidad oscilaría en los 700 mil pesos, según estimaron allegados a esta iniciativa.

Crova fue designado por la Municipalidad hace unos años embajador deportivo de Necochea, pero su aventura no sólo carece de sponsor sino, también, de ayuda oficial. Aquella designación le viene, entre otros antecedentes, del hecho histórico de que ya participó en el Rally 2012 con una Estanciera, en base a un prototipo también acondicionado por él y por García.

Crova ofrece un testimonio valioso y, si se quiere, novedoso sobre las características del Rally: “No es importante la velocidad final que pueda tener el vehículo. Lo más importante es mantener el ritmo de carrera y, sobre todo, cuidar el físico. El 80 por ciento de los abandonos en el Rally se produce por cuestiones físicas, no por motivos mecánicos. Los corredores pierden entre 2 y 3 kilos por cada etapa, por día. Desde luego que parte de ese peso se repone con el descanso, pero la suma de etapas vuelve a la prueba realmente agotadora para los pilotos y copilotos” .

Como se ha dicho, en la actualidad el grupo está construyendo el auto en el taller necochense, “un vehículo que se hizo sin planos, que lo armamos literalmente desde el suelo”. Los recursos son escasos, aunque el entusiasmo y el esfuerzo son enormes. Esperan tener todo listo para el próximo mes de octubre.

El Rastrojero 61 –la Chanchita - ya está casi listo, dispuesto a corajear a lo gaucho contra lo más granado del automovilismo mundial. Se lo puede ver en el taller de Crova, cerca de la entrada de Necochea. Si bien ya figura en la historia más sencilla de la industria automovilística argentina, esta participación podría coronarlo de laureles.