De camino al estreno

Prince vive un 2013 con varias novedades. Desde principio de año dio muestras de querer volver a sus mejores épocas, buscando un estilo más rockero y lanzando su proyecto 3rd Eye Girl, que incluye la incorporación de un trío femenino a su nueva etapa.

Ese trío, 3rd Eye Girl, está compuesto por Donna Grant a la guitarra, Ida Nielsen en el bajo y Hanna Ford en batería. Todo indicaría que su nuevo disco sería publicado en los próximos meses. Este será el 35º álbum de su carrera y llevaría por nombre “Plectrum Electrum”.

De este nuevo álbum, Prince ya publicó diferentes materiales, como el video para el tema ‘Screwdriver’, una canción llamada ‘Boyfriend’ y más acá en el tiempo estrenó ‘Ain’t Gonna Miss You When You’re Gone. El artista dio un breve adelanto del single ‘Groovy Potential’ y colgó en la red de SoundCloud dos temas instrumentales más.

Esperando el anuncio oficial de la fecha de lanzamiento del nuevo álbum, y luego de los adelantos publicados la última semana, desde su flamante cuenta de Twitter (3rdEyeGirl) Prince estrenó “Breakfast Can Wait”, disponible para la venta en su página oficial.

Como una humorada a sí mismo, la portada del nuevo single lleva al cómico norteamericano Dave Chappelle en uno de los números televisivos en los que parodiaba al propio cantante. Esa tapa, que por ahora es la de un tema de un disco que no salió, fue elogiada por la crítica especializada e incluso no fueron pocos los que hablaron de una “genialidad”.

CAMALEON EN RED

Lo cierto es que pocos artistas tienen la capacidad camaleónica que tiene Prince para reinventarse una y otra vez sin caer en lugares comunes.

Tres años atrás, el estadounidense decidió darle la espalda a internet en el lanzamiento de su disco, “20Ten”, y lo mandó de regalo con varios diarios europeos. Antes había disparado contra YouTube, eBay y The Pirate Bay por “apropiación indebida” de sus canciones.

Por entonces, Prince decidió boicotear internet y las vías tradicionales de venta de música ante el lanzamiento de “20Ten”, que se regaló en el Reino Unido con los diarios “Daily Mirror” y “Daily Record”, además de en Bélgica con otro diario.

En una entrevista en exclusiva con esos diarios, Prince asegura que internet “está muerta” y que no ve motivo alguno para entregar su música a plataformas como iTunes, ya que “no van a pagar un adelanto por eso”.

El artista defiende que la estrategia elegida para dar difusión a sus discos es “la mejor manera” de hacerlo, “sin listas de éxitos, ni piratería, ni estrés”, y confía en que muchos artistas sigan su ejemplo.

Además de ceder un total de 2,5 millones de copias a los dos diarios británicos, Prince prohibió a las plataformas YouTube e iTunes el uso de las diez nuevas canciones de “20Ten”.

Esa no es fue la primera ocasión en la que el cantante renunció al modelo de distribución a través de internet, ya que en 2007 emprendió acciones legales contra YouTube, eBay y The Pirate Bay por “apropiación indebida” de sus canciones.

El autor de “Purple Rain” llega a comparar la red con MTV, al entender que los dos empezaron con éxito para luego quedar “desfasados”.

Sin embargo, su rechazo a internet no es el único motivo por el que Prince optó por ese particular modo de difusión. También apeló a razones metafísicas.

“Es maravilloso poder regalar mis canciones. Dios está lleno de amor y generosidad y está escrito que todos deberíamos actuar como él”, explica al entrevistador un espiritual Prince, que a sus 52 años es un Testigo de Jehová vegetariano que dedica unas seis horas al día a leer la Biblia.

CAMBIO DE VIDA

Por su fe -que le “cambió la vida”-, Prince evita ahora tocar en sus shows los temas de alto contenido sexual que compuso en los años ochenta y principios de los noventa, época en la mantuvo relacione sentimentales con Madonna, Kim Basinger o Carmen Electra y en la que llegó a cantar sobre mantener 23 posturas sexuales en una sola noche (”Gett off”).

El artista puso fin a esa vida de excesos hedonistas a finales de los noventa, cuando su carrera se desinflaba, tras la pérdida de su hijo en 1996 seis días después de nacer y en medio de la frustración que sentía a causa de las obligaciones contractuales con la discográfica Warner.

Entonces el cantante abrazó la fe cristiana y se cambió su nombre artístico por un símbolo impronunciable que significaba “amor”, lo que hizo que hubiera que referirse a él como “el artista anteriormente conocido como Prince” o “el símbolo” hasta el año 2000, cuando finalmente recuperó su denominación original.

En ese disco de 2010, el polifacético artista de Minesota, capaz de tocar más de una veintena de instrumentos, se mantuvo fiel a su particular estilo que fusiona el rock con el soul, funky y r&b y que lo catapultó a la fama con discos como “Purple Rain”, “When doves cry”, “1999” o “Let’s get crazy”.