Después de la boda, otro revés judicial para Marilyn Bernasconi

MARCELO “MARILYN” BERNASCONI ESTÁ DETENIDO EN LA UNIDAD 32

Un día después del “gran día”, cuando intercambió anillos al ritmo de la música de Titanic, Marilyn Bernasconi recibió una pésima noticia: la Suprema Corte de Justicia bonaerense confirmó la condena a prisión perpetua que le aplicó un Tribunal platense por el doble crimen que cometió cuando, todavía, todos lo llamaban Marcelo.

Su defensor, Nicolás Malpeli, anticipó a EL DIA que apelará a la Corte Suprema y evalúa recurrir a tribunales internacionales. Pero, mientras tanto, Bernasconi seguirá purgando la pena que le impuso el Tribunal IV de La Plata por haber matado a escopetazos a su madre, Juana Alicia Pérez (60), y a su hermano, Carlos (22), el 26 de mayo de 2009 en Oliden.

En su acordada del 25 de septiembre pasado, el máximo tribunal bonaerense resolvió que el recurso defensista es inadmisible, como antes lo había hecho la Sala Tercera del Tribunal de Casación Penal.

En el fallo los jueces destacan que la defensa señaló “una serie de contradicciones en la que -a su criterio- incurrió el tribunal de instancia” al descartar las “circunstancias extraordinarias de atenuación” relativas a “ciertos dichos de Bernasconi en relación al conocimiento que su madre tenía acerca de su inclinación sexual; en cuanto al posible estado de emoción violenta en el que se encontraba el nombrado” o “el ambiente en donde se desarrollaba la vida del imputado y su incidencia en la determinación a cometer el hecho”.

La resolución da cuenta que “el tribunal decidió (...) que el alegado trastorno mental transitorio no resultaba creíble, si Bernasconi tiene recuerdos claros y precisos de los momentos anteriores y posteriores al hecho, armó una falsa hipótesis para explicar las muertes” y “tal trastorno mental aparece negado por (una testigo) que escuchó al imputado manifestar que había sido el autor de los homicidios”.

En el juicio realizado en 2010, Bernasconi argumentó no recordar lo que pasó aquella mañana en que les disparó a los suyos con una escopeta calibre 22, admitió tener una mala relación con su madre y su hermano, y adjudicó el desenlance al rechazo de las víctimas a su condición de homosexual.

Alojado en el pabellón de homosexuales de la Unidad 32 de Varela, Marcelo se transformó en Marilyn.

Estudia, trabaja en la biblioteca y desde hace casi un año convive con Guillermo Casero, un violador serial sentenciado a perpetua por 10 abusos por las que se ganó el apodo del “sátiro de la pollera roja”.

El 7 de octubre pasado se casaron, en lo que fue la primera boda igualitaria entre dos presos dependientes del SPB.

Los testigos fueron la profesora de inglés y el bibliotecario de la cárcel. Y unos cuarenta invitados presenciaron la ceremonia, rematada con una fiesta en la que no faltaron el vals, la lluvia de arroz y los besos. Marilyn usó un vestido negro que le regaló una ex compañera. Luego explicó que la elección del color no fue azarosa ni arbitraria: “Lo elegí por la tristeza que hay acá”, dijo.

Un día después se enteró del fallo de la Corte bonaerense. Su defensa cree que con peritajes psiquiátricos adecuados se puede torcer la decisión judicial, pero un perito de parte es demasiado costoso.

Mientras tanto, ya está en el Instituto Nacional de Cine el proyecto para contar la historia de Marilyn, aquella que a los 18 -y como Marcelo- mató a su familia.