Coqueta abuela platense festejó sus 100 años

DELIA JUNTO A SUS AFECTOS, AYER, EN SU CUMPLEAÑOS 100

Delia María Galharretborde dijo no haber estado nunca pendiente de la edad, por eso en el día de su cumpleaños número 100 aseguró que para ella “solo es un número más”.

La cumpleañera nació un 16 de diciembre de 1913 en General Villegas y llegó a La Plata en 1950, cuando falleció su padre. En la Ciudad ya vivían dos de sus hermanos y tuvo una razón para intentar una nueva vida.

“Trabajé hasta jubilarme en el ministerio de Educación, en el departamento de enseñanza artística y estuve vinculada a las escuelas de teatro”, contó con la misma fidelidad que quien recuerda algo vivido semanas atrás.

“Siempre fue muy independiente y metódica. Se levantaba a las 6, se bañaba, hacía los mandados, limpiaba la casa y se encargaba de todo. Pero se cayó y tuvo que venir a esta residencia”, señaló uno de sus sobrinos.

Delia se aloja desde hace 3 años en el hogar del Padre Pío - 4 y 61 -, hasta los 97 había vivido sola en su casa de 60 y 21.

La coqueta Delia se mantuvo soltera, aunque sus allegados contaron que no le faltaron pretendientes.

También se destacó por ser una persona muy trabajadora que además de desempeñarse en la Dirección de Escuelas, se dedicó a la alta costura. Con su hermana confeccionaban vestidos de novia y de fiesta.

En el tiempo libre, le gustaba viajar con amigas y tuvo la oportunidad de pasear por distintas provincias del país.

“Lamentablemente se fueron muriendo todas mis amigas, no me quedó ninguna”, señaló con pesar al recordar esa etapa de su vida.

Entre sus salidas preferidas estuvieron las escapadas a Colón - Entre Ríos - y a Villa Mercedes - San Luis -, ciudades a las que iba para visitar a familiares.

En relación a su presente señaló: “No hago nada de nada”, para describir como pasa sus días en la residencia. Sin embargo sus compañeras indicaron que le gusta conversar, estar en el jardín, ver algún programa de televisión y cada domingo asiste a la misa de las 18 que se celebra en la capilla de la institución.

Lúcida, conversadora y alegre, Delia comentó que no necesita tomar remedios y que su principal problema de salud se produjo por la fisura de cadera que tiene a raíz de una caída.

“No hay nada que le venga mal, como de todo”, agregó otra de las compañeras de la residencia.

“Nunca pensé en llegar a los 100, pero es como si fuera un cumpleaños más porque jamás me preocupó la edad”, insistió Delia, al tiempo que uno de sus familiares recordó la época en la que por su coquetería afirmaba tener 28 años.