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ELDIA |EL PAIS

El discurso, con eje en una enfática defensa del Gobierno

Una de las notas salientes del discurso fue su moderación

2 de Marzo de 2014 | 00:00
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CRISTINA EN EL DISCURSO ANTE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
CRISTINA EN EL DISCURSO ANTE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

Por M.S.

Cristina Kirchner bajó el nivel de confrontación y todos lo reconocieron ayer en el Congreso. Allí, la Presidenta no solamente pronunció su discurso más moderado desde que se dirige a la Asamblea Legislativa, en 2008, sino que dejó de apelar al espíritu épico al que acostumbra el oficialismo para centrarse en temas concretos que preocupan a los argentinos, como la proliferación de piquetes y los paros docentes en el inicio del ciclo lectivo.

A tono con la mesura del discurso presidencial, las barras apostadas en los balcones que dan al recinto de la Cámara de Diputados tampoco hostigaron a los representantes de las fuerzas de oposición, aunque fueron las únicas presentes debido al celo con que la Casa Rosada actuó -a través de las autoridades parlamentarias- para evitar el ingreso de militantes que no fueran kirchneristas. Así, se montó un escenario monocolor.

“Si hubiera usado este tono dos años atrás, se quedaba 20 años más”, bromeó por los pasillos de la Cámara baja un diputado massista, que no obstante recuperó la seriedad para hacer notar -como buena parte del arco opositor- que la jefa de Estado hizo pocas o ninguna alusión a temas complejos como la devaluación, la inflación y el narcotráfico. Aunque el mismo legislador destacó que la presentación transcurrió en “un marco de normalidad”.

De hecho, en contraposición a otros discursos ante la Asamblea Legislativa, en esta oportunidad la mayoría de los referentes opositores aplaudieron a la Presidenta en varios pasajes de su mensaje, como el que reclamó “legislar en favor de la convivencia social” para frenar los piquetes y el que rechazó el ausentismo docente. En el caso de las protestas callejeras, recibió el apoyo del bloque del PRO y la desaprobación de legisladores de izquierda.

En cambio, los diputados y senadores oficialistas guardaron silencio en ese momento. Antes, habían aplaudido un sarcasmo presidencial: “El kirchnerismo no sé si es lo mismo que el peronismo, pero se parece”, dijo la Presidenta. Y como un gesto al otro partido tradicional, destacó el apego del radicalismo a la democracia cuando se pronunció en defensa de las instituciones de Venezuela en medio de lo que definió como un “golpe suave” en el país caribeño.

La moderación de la Presidenta, que fue imitada por los militantes oficialistas dentro del recinto de la Cámara de Diputados, no tuvo de todos modos su correlato en las inmediaciones del Congreso, donde decenas de personas abuchearon a legisladores de la oposición al término de la Asamblea. El que peor la pasó fue el macrista santafesino Miguel del Sel, quien sin embargo respondió las agresiones con una sonrisa y saludando a los manifestantes.

Además del discurso de la mandataria, la Asamblea Legislativa también dejó algunas perlitas tanto dentro del oficialismo como la oposición. Por caso, los gobernadores Daniel Scioli y Sergio Urribarri se sentaron uno al lado del otro, aunque fuera del Congreso quedó claro que el entrerriano aspira a enfrentar al bonaerense en una interna del FpV de cara a la sucesión presidencial en 2015, con un fuerte despliegue de militantes y pegatina de afiches.

Menos expuesto a las internas, Sergio Massa siguió relajado el mensaje presidencial y aplaudió en diversas oportunidades, como cuando rechazó los piquetes y el ausentismo docente. A su vez, los radicales Julio Cobos y Ernesto Sanz -ambos aspirantes a la candidatura presidencial de la UCR- compartieron impresiones sobre el discurso, especialmente cuando invitó a la oposición a presentar un proyecto que mejore el referendo con Irán por la causa AMIA.

La nota volvió a darla Elisa Carrió, quien directamente no concurrió al Congreso. La diputada no habría tolerado el rol protagónico de Amado Boudou presidiendo la Asamblea ni la reivindicación de su figura que hizo Cristina Kirchner cuando dijo que los planes sociales no se sustentarían sin los fondos que el Gobierno logró controlar cuando el Vice -que está investigado en la Justicia por un presunto acto de corrupción- propuso la estatización de las AFJP.

Sin reparar en esas circunstancias, Cristina completó su discurso con una larga referencia a la historia de YPF, desde su privatización de los años 90 hasta su reciente nacionalización. Y habló de una “revolución energética” en ciernes, pero nada dijo sobre los apagones de luz que afectaron a millones de usuarios en los últimos meses. Esa dimensión humana -que tampoco apareció en el caso de la tragedia de Once- fue la gran ausente en el discurso presidencial.


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