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Séptimo Día |TENDENCIAS

La música que salva vidas

Los chicos de Combo Callejero encuentran una forma de expresarse y liberarse a través de lo que cantan. La música como arte pero también como salvación

23 de Marzo de 2014 | 00:00

Por JOSE SUPERA
Escritor

1.

“Nosotros gracias a la música no estamos en una tumba”, es lo que dice uno de estos chicos, pero es la voz de muchos de ellos, una voz que nace desde el silencio de los otros, desde la indiferencia, una voz que se empieza a escuchar, de a poco, como un latido debajo de la carne, de a poco, pero cada vez con más fuerza. Los pibes del grupo de rap Combo Callejero son cinco. Nos encontramos en la estación de trenes de Tolosa. Cuando se presentan me explican que algunos hasta usan nombres de fantasía: Pipi. Big Block. Jonnhy LP. Sebas Rap. Brian. Se conocieron entre ellos en un recital de rap. Se contactan con otros raperos por facebook. Ahí convocan a la gente, compartan temas, música, fotos. La música les salvó la vida, pero también hace que hoy estén hablando de un futuro, porque piensan en un mañana, porque tienen un mañana.

2.

Estamos en una plaza junto a los pibes de Combo Callejero. Y digo estamos porque también toma intervención y se interesa por la historia el fotógrafo del diario, Gonzalo Calvelo. Buen tipo. Mejor ojo. Tomamos una coca. En ronda. Nos cuentan sus historias. Vienen otros pibes y saludan. Dicen que están relocos. Saludan y se van y dicen ‘aguante El Mercadito’. Se van y no decimos nada. Se van como se van muchas cosas. Nosotros nos quedamos con los pibes. Seba cuenta cómo fue su película. “Yo estaba descontrolado, perdido. Me drogaba, no podía estar más así. Y un día dije ‘yo no tengo que estar más así’. Y agarré y empecé la música y la música me rescató”. Big Block se suma y cuenta la suya. “Yo empecé a cantar cuando mi viejo falleció. Cantaba de chico pero después de la muerte de mi viejo me puse más las pilas. Y ahora estamos con los chicos acá cantando, vamos a hacer lo mejor posible, para salir adelante, para que nos escuche la gente”.

La música les salvó la vida, pero también hace que hoy estén hablando de un futuro, porque piensan en un mañana, porque tienen un mañana... “Nosotros ya pasamos lo malo. Estamos viviendo lo bueno, lo bueno viene ahora”

3.

Pero de dónde salen las letras. Cómo es el proceso creativo. Pienso en la reacción ante un estímulo externo. Acción ante la mirada ajena. Acción creadora. Les pregunto cómo hacen y de dónde sacan las cosas. Brian dice “vamos por la calle e improvisamos. Estamos caminando y nos sale en forma de música lo que nos pasa”. Y ahora Brian ya no habla, le pone música a su voz, rapea. “Empiezo a caminar y la gente me empieza a mirar, y yo te hablo y me chistás…”. Seba cuenta que a veces las letras salen en el momento. Pero que también se ponen a pensar más en profundo y ahí es que se sientan en la compu y escriben lo que les sale o les pasa. “Cantamos cosas que vemos acá en el barrio. Hay muchos que dicen ‘Mirá estos negros de mierda; mirá lo que dicen… que la calle, que la droga…’, pero uno trata de hablar, de trasmitir lo que nos pasa todos los días”.

4.

Y ahora meto en el relato, el relato de mi amigo Julián Axat, Defensor del Fuero Penal Juvenil.

“Una vez me pasó con un adolescente al que me tocó atender como defensor, al momento de la entrevista, el chico guardaba silencio a cada pregunta, y solo se dirigía a mí rappeando y hip hopeando frases contra la policía pero dirigidas a mí. La letra de lo que decía era discordante, pero tenía un sentido con la situación de detención, al menos eso percibí. Al principio pensaba que yo era el que lo tenía preso, más tarde creo que se dio cuenta que yo no era eso… Entonces le pregunté varias veces cómo se sentía e intenté explicarle que yo no era fiscal, sino defensor de pobres y ausentes, que lo iba a tratar de ayudar si él se dejaba; así el hip hop se fue deteniendo y gané algo de confianza. Al rato, me hizo entender que el hip hop era su manera de defenderse en la calle, que lo entendiera, y remató con esta frase: ‘la música de las palabras es mi arma’. A los cinco días recuperó la libertad, porque la justicia no halló pruebas en su contra”.

5.

La música les cambió la vida a estos pibes.

Estos pibes cambiaron la música de sus vidas.

6.

“Yo vivo solo porque me tuve que ir de mi barrio. Estaba quemado mi nombre. Siempre quilombo con la policía y con los pibes de ahí; tenía que dormir con una cuchilla al lado de la cama. Era otra persona. Y gracias a esto, gracias a lo que me pasó y lo que me pasa ahora con el rap, estoy cambiando mucho. Estoy orgulloso de ser artista, de ser músico, por eso me expreso en una hoja. No me importa si pegan o no las rimas. Pero me siento libre porque no tengo que dormir con una cuchilla al lado”.

7

“A mí la música me cambió la vida pero también la salud. Por el tema de las drogas. Me ayudó mucho. A veces prefiero estar en mi casa escribiendo temas en la compu o escuchando música, que sentado en la esquina perdiendo el tiempo. Con el micrófono prendido y los auriculares puestos, sé que estoy en otro lado; capaz que al lado mío se están peleando mis viejos, pero yo no los escucho, estoy metido en mi mundo. Ahora no me hacen volar las drogas sino un micrófono”.

8.

Y hasta que uno de ellos, no importa quién, no importa en qué momento de la nota, me dice algo, algo que cierra esto, algo que no va a salir en la tapa de los diarios, que no se hablará en los cafés ni que tampoco generará debate, porque quizá, las cosas más grosas, son invisibles, ínfimas, que no se ven ni se sienten, pero que lo cambian todo. Y esa voz dice algo que tiene luz y música y hasta, por qué no, algo de esperanza, y la esperanza quiere decir mañana, y mientras haya mañana, también hay hoy, y ayer, y siempre.

9.

“Nosotros ya pasamos lo malo. Estamos viviendo lo bueno, lo bueno viene ahora”.

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