Advierten en la Ciudad sobre el peligro de kinesiólogos truchos

DESDE EL COLEGIO DE KINESIÓLOGO ADVIRTIERON QUE LOS PACIENTES QUE CAEN EN MANOS DE FALSOS PROFESIONALES CORREN GRAVÍSIMOS RIESGOS PARA SU SALUD

Luego de haber recibido en el último trimestre 25 denuncias referidas al ejercicio ilegal de la kinesiología, el Colegio de Kinesiólogos de la Provincia advirtió acerca de los gravísimos riesgos que corren los pacientes que caen en manos de falsos profesionales y pidió la intervención del Ministerio de Salud de la Provincia para que realice inspecciones y eventualmente clausuras y sanciones.

Con la lupa puesta en el ejercicio ilegal de la profesión y luego de conocer el caso de una paciente afectada de osteoporosis que fue tratada por alguien sin habilitación y sufrió consecuencias que le habrían costado la vida, el Colegio de Kinesiólogos de la Provincia solicitó que se realicen mayores controles.

Hace varios años que el Colegio desarrolla una campaña para controlar el ejercicio de la actividad y detectó varios casos de “asistentes sin habilitación profesional” que resultan un mal mayor para los pacientes que sufren distintas enfermedades.

El seguimiento determinó además situaciones de mayor gravedad en las que incurren reconocidas obras sociales que tercerizan el ejercicio de la kinesiología en empresas que no tienen acreditación ni están controladas.

“LE FRACTURO TRES VERTEBRAS”

Según se informó, el último episodio ilegal detectado y en el que se intervino con denuncias y seguimiento jurídico, se registró en la localidad de Garín - Escobar - donde una mujer mayor requirió a su obra social privada la asistencia de un tratamiento kinesiológico para superar una dolencia en su espalda y terminó con fracturas de tres vértebras que agravaron su estado de salud.

De acuerdo a lo que consignaron familiares de la paciente, finalmente murió luego de tres meses de “tortura y sufrimiento” provocados por el “pseudoprofesional” que, sin conocimientos para ejercer la profesión como kinesiólogo, no advirtió que la víctima padecía de una osteoporosis medicamentosa, a partir de un EPOC avanzado.

Para el Colegio, lo ocurrido en Escobar fue un caso testigo: “si bien la paciente tenía otra enfermedad de base, la falta de profesionalidad de una persona irresponsable que ejerce ilegalmente la kinesiología le provocó un padecimiento prolongado y agravó su estado de salud hasta la muerte” explicó Rafael Mancera, kinesiólogo e integrante de la Comisión de Control del Ejercicio Profesional del Colegio.

De acuerdo con las actuaciones que realizó la comisión, la persona que atendió a esa paciente y le provocó varias fracturas en la columna vertebral, “siempre se presentó como kinesióloga especializada”, aún cuando no mostró acreditación.

Además, la entidad colegiada determinó que “nunca hizo aportes a colegios profesionales, carecía de matrícula y se pudo comprobar que trabajó dos años en una empresa de salud privada que ofrecía rehabilitaciones”.

La osteoporosis es un problema que afecta a los huesos debido a la descalcificación y algunos hábitos nocivos como el excesivo consumo de tabaco, alcohol y cafeína entre otros. Según estadísticas, las mujeres tienen cuatro veces más posibilidades de padecerla junto a personas mayores y con antecedentes de otras patologías de base. En muchos casos su avance es silencioso y los especialistas llegan al diagnóstico preciso cuando aparecen fracturas, las más frecuentes en vértebras, caderas y muñecas. En general el tratamiento incluye medidas farmacológicas, cambios de hábitos de vida y un plan de entrenamiento en ejercicios físicos y rehabilitación, una actividad que “específicamente” debe estar en manos de profesionales de la kinesiología.

El caso de la paciente fallecida determinó la intervención directa del Colegio de Kinesiólogos para denunciar y evitar que la persona involucrada en el episodio continúe trabajando en una actividad para la que no está habilitada y también para crear conciencia en los responsables de las obras sociales y en la comunidad en general para “exigir” la habilitación correspondiente.

Además se enviaron cartas documento e informes a los organismos que tienen a cargo la supervisión del ejercicio profesional en salud.

Según explicó la hija de la víctima, “cometimos el error de confiar y no exigir el título habilitante”.

En el seguimiento realizado por los familiares, se detectó además que la “pseudo profesional, siempre trabajó en negro, no registra aportes ni títulos profesionales”.