Esta posibilidad que le llegó como premio no debe cargarlo de presión

LICHT, BOU Y MONETTI, A PURA RISA EN LA VUELTA A LAS PRACTICAS TRAS EL TRIUNFO ANTE ALL BOYS

OPINION
Por MARTIN MENDINUETA

Memoria. Recién ascendido, primeros días de junio de 2013, con la garganta gastada por los festejos que empezaron en Córdoba y terminaron bastante después en el Bosque, todo Gimnasia se abocó a la tarea de encontrar los mejores refuerzos para no sufrir en la lucha por la permanencia. Después de dos desgastantes temporadas en la segunda categoría, había que extremar los esfuerzos pensando en un único objetivo: quedarse en Primera.

El dinero no sobraba, la política interna del club empezaba a levantar temperatura y el deseo popular pedía, prácticamente exigía, retener a Franco Niell. El “Petiso” del gol milagroso, adorado por los hinchas y muy valorado por Troglio, finalmente no se quedó y, para colmo, terminó firmando contrato con Rosario Central, hipotético competidor directo en la dura misión de estabilizarse en el máximo escalón. La cosa se puso espesa. El tema dividió opiniones y generó algunos vaticinios terminantes que hoy se arrastran totalmente desvanecidos. “¡Cómo no van firmar con Niell; es una locura, un error estratégico de principiantes!” Las voces, tan ácidas como exigentes, retumbaban en el hall de la sede de calle 4, en las mesas de amigos “triperos” y hasta en el contestador de la radio “La Redonda”. Y todavía hubo más. No fueron pocos los que se animaron a pronosticar elevando el tono alarmista: “Sin Franco Niell este equipo corre serios riesgos de descender”.

Espere. Allí no terminaba la historia; por el contrario, recién había empezado. En medio de la polémica trajeron a Iván Borghello. No era Níell, pero seguro que alguna iba a embocar... Todavía lo están esperando. Lleva cero gol en Gimnasia. Pasó de ser la principal apuesta ofensiva a ni siquiera tener un lugar en el banco de suplentes.

Para quien no la conoce, hasta aquí la narración parece encaminarse hacia un fracaso estrepitoso y, sin embargo, es todo lo contrario. La realidad nos recuerda que Gimnasia es uno de los dos punteros de la primera división.

EL MEJOR JUEGO QUE SE INVENTO

Por eso el fútbol es tan lindo, porque permite elaborar los juicios más categóricos con total impunidad y luego deja en evidencia a sus autores. Enseña una y otra vez que su principal rasgo es el don de ser imprevisible. Que nadie tiene asegurado nada. Que la sorpresa siempre podrá encontrar una rendija por donde colarse. Que es factible que el rico termine llorando y el más humilde, bañado en gloria. Que no siempre el mejor equipo está compuesto por los jugadores más destacados. Que las virtudes colectivas terminan imponiéndose a los destellos individuales. Que veinte tipos unidos, solidarios en la cancha y sobre todo convencidos de una idea de juego, son infinitamente más peligrosos que una selección de cotizados talentos sin una motivación fuerte que los conecte.

Faltan cuatro fechas. Nadie sabe si esta vez se le dará o no. Sólo el bendito fútbol se encargará de escribir la respuesta tan esperada. Lo importante es lo que ha hecho Gimnasia en medio del temporal de adversidades. Perdió al colombiano Correa y a Matías García, pero terminaron explotando Meza y Mendoza. Y apareció, como un ángel, el prolijo uruguayo Alvaro Fernández para modificarle la identidad ofensiva. Y se lesionó Contreras, pero volverá. Y siguen estando firmes los soldados Monetti, Oreja, Barsottini, Blengio y ese enganche que juega de tres llamado Lucas Licht. Y ya nadie sospecha que Mussis tiene la cabeza puesta en Dinamarca. Y saldrá Pouso, pero entrará Miloc. Y este “Lobo” que tanto se parece a su técnico, a partir de ahora peleará por ser campeón. Esta posibilidad es una yapa que le obsequió el destino como premio a su perseverancia. Por eso, no la tiene que vivir con presión. Se merece disfrutarla.

A esta altura de los hechos, aquella partida de Niell asoma como la anécdota que justifica la moraleja. No hay jugadores imprescindibles, las únicas que jamás pueden faltar son las tres mejores virtudes de cualquier organización colectiva: determinación, fe y constancia.