Cambios físicos, posible indicador de tiroidismo

LAS TRASTORNOS DE LA TIROIDES SON UNA PATOLOGÍA MUY EXTENDIDA.

Cerca de dos millones de argentinos sufren alteraciones en la tiroides, un tipo de trastorno que muchas veces pasa inadvertido por confundirse con otras enfermedades o cuadros de estrés. De ahí que al conmemorarse mañana el Día Mundial de la Tiroides, las sociedades médicas y servicios de Endocrinología de nuestro país recomiendan estar atentos a posibles cambios físicos, trastornos de humor, alteraciones de peso inexplicables y pérdidas de embarazos en el primer trimestre, entre otros síntomas indicadores de una posible disfunción.

Ubicada en la base del cuello y con forma de mariposa, la tiroides es una glándula que se encarga de regular el metabolismo del cuerpo mediante la producción, almacenamiento y liberación de dos hormonas necesarias para la síntesis de muchas proteínas esenciales en los períodos de crecimiento y para el desarrollo del sistema nervioso central.

Pero también regula todo lo referido al organismo y al funcionamiento de diversos órganos; tiene influencia en la frecuencia cardíaca, el nivel de colesterol, la fuerza muscular, la temperatura corporal, el ritmo intestinal y la función reproductiva, entre otras.

Los síntomas que indican una posible alteración de la tiroides dependen de la enfermedad que afecte su estructura o su función. “Los nódulos tiroideos por ejemplo, pueden manifestarse a través de un bulto en el cuello. Generalmente no ocasionan síntomas, pero en el caso que se trate un paciente con bocio de gran dimensión puede sufrir dificultades para tragar, respirar o incluso puede notar cambios en la voz. En algunos casos estos nódulos pueden fabricar hormonas presentándose como un hipertiroidismo leve en general alrededor de los 50 años de edad”, explica la endocrinóloga Laura Maffei.

“En cuanto al hipotiroidismo (una disminución en la producción de hormonas tiroideas) los síntomas más frecuentes son el decaimiento, el sueño, la fatiga, el sobrepeso y la dificultad para su baja aun realizando dietas estrictas, y, en el caso de las mujeres, los trastornos en la función reproductiva como alteración de las menstruaciones o infertilidad”.

Por su parte, el hipertiroidismo (un exceso de la función de la glándula tiroidea) “puede manifestarse con irritabilidad, taquicardia, pérdida de peso (con un apetito normal o incluso mayor), nerviosismo, temblores y calor. Algunos pacientes pueden tener además síntomas oculares como irritación u ojos saltones”, detalla la médica.

“Dado que no existe una forma de prevenir los trastornos tiroideos -agrega la doctora Maffei-, la clave para detectarlos pasa por estar atentos a cambios en el equilibrio físico y trastornos en el humor, entre otras manifestaciones, y hacer una consulta con un profesional”.