Las escuelas técnicas, antes y después del debut del 7º año

El ciclo lectivo 2013 marcó un antes y un después en las escuelas técnicas bonaerenses. La implementación de un 7º año de prácticas profesionalizantes provocó un fuerte reordenamiento de las estructuras educativas y administrativas de los colegios, y un cambio en la actitud de los alumnos, que tuvieron que adaptarse a un secundario extendido.

Tras el egreso de la primera cohorte de ‘técnicos con 7 años de estudio’ en la historia de la Provincia -pionera en aplicar ese sistema que fija una ley nacional-, los datos oficiales y los de los directivos de establecimientos de la Región coinciden: el 60% de los chicos hoy tiene trabajo y la matrícula se incrementó un 6% en los últimos 3 años. Por su parte, aún calificando el cambio como positivo, muchos estudiantes hacen hincapié en que el proyecto se aplicó sin tener “todo cerrado”. Así, algunos reclaman que no tuvieron la oportunidad de hacer las prácticas en una empresa u organización gubernamental, mientras que otros enfatizan en la necesidad de seguir cursando ciertas materias, como Matemática, Física o Química. Dicen que un año sin esas asignaturas los pone en apuros al ingresar a la Universidad o a la hora de resolver cuestiones en una fábrica.

Directivos, docentes y alumnos opinan acerca del primer 7º año en las escuelas técnicas, y si bien acuerdan con la iniciativa, ponen de relieve algunas cuestiones a mejorar de aquí en adelante. Sobre todo con la mira puesta en el 2016, cuando el séptimo dejará de ser optativo y se convertirá en obligatorio.

En la Técnica 2 de Berisso, el regente Esteban Bais subraya que a pesar de que el 7° año es optativo, el 95% de los alumnos decidió realizarlo para obtener el título de técnico en alguna de las dos orientaciones que dicta la escuela, electromecánica e informática. Y es que si los estudiantes deciden plantarse en 6°, reciben el título de bachiller con orientación técnica, que los habilita para seguir estudios superiores.

“Pero el espíritu de este cambio es que los chicos tengan un acercamiento con el mundo del trabajo y que egresen técnicos bien preparados, sobre todo para las empresas de la zona”, dice y comenta que “mientras en 2013 pudimos cerrar convenio con una firma, ahora lo hicimos con 5”. “Para el colegio es un desafío, debemos redoblar esfuerzos porque hay más alumnos y tenemos que conseguir más recursos”, afirma Bais, aunque no oculta su satisfacción por el hecho de que “el 60% que egresó en 2013 está trabajando y el 50% en la Universidad”.

un “preuniversitario”

Este año, más de una docena de chicos de la Técnica 2 está realizando las prácticas en la facultad de Informática. Franco Liptak y Joaquín Quintana creen que la experiencia les reportará un doble beneficio. “Por un lado, saldremos preparados para trabajar, pero además, como vamos a estudiar acá, esto es una suerte de preuniversitario que nos evitará el choque que se da al pasar del secundario a la Universidad”, dicen.

Pero tanto Franco como Alan Roldán y Santiago Guevara, que seguirán ingeniería, remarcan que “tendríamos que seguir cursando Matemática. En estas carreras es un área básica y quedamos un año sin verla. Yo, por ejemplo, estoy yendo a particular”, apunta Alan. Un tema a tener en cuenta (ver aparte).

En la Técnica 1 de 7 y 33, Matías Ledesma y Lucas Gómez, de electromecánica, realizaron las prácticas el año pasado en el Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento Rural (Spar). “La experiencia fue muy buena. Como tenés que recorrer todo el camino de alguien que empieza a trabajar, desde la entrevista hasta aplicar tus conocimientos en un empresa real, perdés el temor de ese salto al vacío que significa salir a buscar empleo con un diploma bajo el brazo”, apuntan.

Silvina Alarcón, Pamela Olivera, Emiliano Sanabria y Jhonny Molina, de construcciones, no opinan igual. “Si no estaba todo diagramado, ¿por qué se implementó el 7° el año pasado?”, pregunta Pamela. Y es que ninguno de los 4, pese a haber ganado 3 premios por un proyecto de vivienda sustentable para discapacitados, tuvo la oportunidad de realizar las prácticas fuera del colegio. La escuela no consiguió contraparte.

“El primer año fue difícil; para las empresas y organismos públicos era algo nuevo y tenían miedo de tomar a menores. Se irá solucionando”, opina el director, Miguel Battista, mientras la directora de Educación, Nora De Lucía, esta semana anunció que “en 2013 el 50% de los alumnos estuvo en empresas” y que “para este año se estima que lo harán casi todos los estudiantes”.

“A la escuela técnica la destrozaron. Ahora se está recuperando. El camino no es sencillo, pero reinsertarla en el mundo productivo es un paso muy importante”, opina un docente de la Técnica 1.