Putin en la mira

VLADIMIR PUTIN

Dos meses atrás, estaba de moda elogiar a Vladimir Putin por su talento estratégico. Algunos comentaristas norteamericanos contrastaban su confianza en sí mismo con la supuesta debilidad del presidente Barack Obama. Sin embargo, estas alabanzas ya no corren luego del derribo del vuelo de Malaysia Airlines. El hecho de que Rusia suministre misiles antiaéreos a los rebeldes en Ucrania desmiente la presunta genialidad estratégica de Putin y expone al mandatario como un jugador temerario, cuyas políticas discutibles están llevando a Rusia hacia el aislamiento económico y político.

Para algunos expertos, “el mini Maquiavelo del Kremlin” (como llaman a Putin) pensaba que podía desestabilizar el este de Ucrania, mientras negaba de manera creíble los vínculos de Rusia con la insurgencia separatista. Sin embargo, afirman los analistas, “al titiritero se le enredaron las cuerdas”. Después de la muerte de las 298 personas que iban a bordo del vuelo malayo siniestrado, la atención del mundo hizo foco en el rol de Rusia en la tragedia.

Las autoridades rusas enfrentan ahora un dilema complejo. Si cooperan con una investigación internacional sobre el siniestro, los resultados probablemente serán vergonzosos, indican los expertos. Pero si obstaculizan la investigación y se refugian en teorías conspirativas, o incluso mandan tropas al este de Ucrania, alentarán un repudio internacional todavía mayor, traducido en nuevas sanciones. De hecho, algunas grandes empresas rusas están perdiendo su acceso a los mercados de capitales occidentales.

El aislamiento político también se cierne. Rusia ya salió del Grupo de los Ocho países más industrializados, y es probable que pronto se lo cuestione como anfitrión de la Copa del Mundo de 2018. Putin cometió varios errores, entre ellos, sobredimensionar la inclinación pro europea de los ucranianos, y subestimar la reacción de Occidente a la crisis en Ucrania.