Más de 3 mil alumnos de escuelas del Norte, con padrinos de la Región

Cuando la comerciante ensenadense Lorena Gómez emprendió un viaje de placer al norte argentino en el 2000, ni siquiera imaginó que su vida cambiaría por completo.

El impacto que le provocó ver cómo vivían y estudiaban los niños de parajes inhóspitos de Misiones y Santiago del Estero fue tal, que dos años más tarde comenzó a apadrinar junto con su familia a la Escuela 460 de Atamisqui, que funciona en pleno monte de la región central santiagueña con 40 alumnos. Pronto se convirtió en “protectora” de otra más. Y luego de otra. Hasta que decidió conformar, con amigos y vecinos de su ciudad, la “Asociación Civil Presente Padrinos de Escuelas Rurales”. Hoy, Lorena revisa planillas, fichas, listados, y con una naturalidad asombrosa dice “tres mil”. Son los chicos que lograron terminar la primaria merced a la ayuda de la entidad. “Mi vida está dedicada a ellos, por completo”, afirma. Definitivamente, aquel viaje cambió su vida, y la de miles de pequeños.

En la escuelita 460, que hoy lleva el nombre Bomberos Voluntarios de Ensenada en honor a una viaje que realizó ese cuerpo llevando ayuda para la comunidad, los 40 alumnos tenían que partir los lápices para que alcanzaran para todos, recuerda Lorena. Pero ese no era el principal problema que enfrentaban ni mucho menos.

“Viven sin agua, sin luz, duermen a la intemperie, están expuestos al chagas, les falta ropa, medicamentos, alimentos”, enumera la vecina de Ensenada, y enfatiza que la misma realidad se extiende a cientos y cientos de pequeños y adolescentes de otros parajes de la provincia.

Así, a medida que comenzó a organizarse la asociación -que logró su personería jurídica hace 3 años-, Lorena y y la gente que se fue acercando para sumarse a la cruzada centraron su actividad en las escuelas, procurando ayudar primero a los niños y, a partir de allí y en la medida de lo posible, a sus familias.

Pero se fue haciendo un boca a boca, y tras cada viaje que emprendían con un camión repleto de útiles, guardapolvos, alimentos y ropa, aparecían más escuelas pidiendo auxilio. No daban abasto. Entonces, en 2012 implementaron el sistema de “un padrino por alumno”.

“PLATA NO, GANAS”

“Actualmente hay 250 padrinos”, dice Lorena, quien muestra una ficha de un niño. “Llevamos el control de cada uno. A cuántos kilómetros vive de la escuela -lo que orienta al padrino para que, por ejemplo, le regale una bicicleta-, cómo se compone la familia, cómo es la casa, si padece alguna enfermedad, si falta mucho a clase; todo”, comenta, para aclarar que algunos de esos padrinos tienen un ahijado, otros, dos o más, y hay diez que directamente apadrinan a una escuela completa, destaca.

La asociación ayuda en este momento a 20 escuelas de Santiago del Estero, 3 de Chaco y 3 de Misiones. Cada mes sale desde Ensenada un camión con acoplado con unas 3.000 cajas que contienen los elementos que requieren cerca de 2.000 personas.

“Para ser padrino no se necesita tener plata, sino ganas”, subraya la fundadora de Presente. “Con elementos en buen estado que uno tiene en la casa y no utiliza, o solicitando ayuda a comerciantes amigos, siempre se puede armar una caja para un chico. Y si la gente tuviese la oportunidad de ver la alegría que significa para ellos encontrar allí adentro un juguete sencillo, un cuaderno nuevo, una remera o un par de zapatillas, realmente se sorprendería”, describe, para contar que “son niños que no tienen nada, que maduran antes porque deben trabajar, de manera que no están acostumbrados a divertirse, a jugar. Por eso empezamos a implementar el festejo de los cumpleaños. Y lo disfrutan de una forma que reconforta el alma”, remarca.

CONOCER AL AHIJADO

Una vez al año, en las vacaciones de invierno, la mayoría de los padrinos viaja junto con el camión para encontrarse con sus ahijados.

El 19 de julio pasado viajaron a Santiago 112 padrinos “a festejar los cumples” en 10 escuelas. Se formó una caravana de casi 30 autos. Y 1.200 niños festejaron a lo grande. Recibieron su regalo, tuvieron su torta, y pasaron un día entre juegos, piñatas, globos, magia y disfraces.

Pero como en cada viaje, sumaron una historia más. “En el paraje Crucecitas de Santiago del Estero nos encontramos con una situación terrible, como la de tres nenas y la mamá que viven a la intemperie. Ahora estamos organizando una peña para el 14 de septiembre con el fin de juntar materiales para construirles una habitación”, apuntan en la asociación con sede en Ensenada, donde aclaran que no reciben ningún tipo de subsidio ni ayuda estatal.

También iniciaron la campaña para reunir padrinos para los alumnos de la Escuela 451 de esa zona.

Al mismo tiempo, van por una obra más grande. “En Misiones, en una comunidad guaraní, funciona una escuela que consta de 4 ó 5 pilares de madera y un techo. Nos propusimos hacerla de material, y se fue sumando mucha gente, como los padrinos, artistas locales, Red Solidaria, que nos ayuda con la campaña “un ladrillo para mi escuela”, y hasta un grupo de argentinos radicados en Houston, Estados Unidos, que hacen pequeños eventos para recaudar fondos y apoyarnos”, realza Lorena.

“Hay mucho por hacer”, exclama, y ante la consulta, dice que quienes lo deseen pueden acercarse mediante la web de Presente.