Golpes a la salida del boliche: 10 y 6 años de cárcel a los acusados

LEONARDO CARONI Y ROBERTO VEGA, CONDENADOS POR EL ATAQUE

En un fallo que puso al descubierto el descontrol, la violencia, el exceso de alcohol y drogas en la noche platense, que en este caso se extendió hasta el mediodía, dos acusados fueron condenados a 6 y 10 años de prisión por el brutal ataque que sufrió Maximiliano Pasternak a la salida de un boliche, en diagonal 74 entre 46 y 47, secuencia que fue registrada por las cámaras de seguridad de la Comuna.

Las penas recayeron sobre Leonardo Caroni (recibió pena única de 10 años porque tenía una condena anterior) y Roberto Vega, a 6 años de prisión. Caroni ya estaba preso, mientras que Vega se encuentra prófugo porque no concurrió a la última audiencia y la pena es de cumplimiento efectivo.

El Tribunal Oral II de La Plata dio por acreditado que cerca del mediodía del 30 de agosto de 2009, “al menos tres hombres comienzan a agredir a Pasternak en la vía pública, pelea que a raíz de la huida del nombrado se trasladó más a la cinta asfáltica y cuando aquel estaba casi desvanecido, se intensificaron los golpes de puño y patadas en la cabeza con la clara intención de causarle la muerte, propósito que no lograron concertar a raíz de la oportuna intervención de la Policía”.

Para los jueces Claudio Bernard, Liliana Torrisi y Silvia Hoerr, en el juicio quedó demostrado que los acusados cometieron el delito de “tentativa de homicidio”, tal como lo planteó la fiscal Florencia Budiño.

“el exceso como regla”

En un meduloso voto -al que adhirieron sus colegas- el juez Bernard precisó que “somos habituales testigos o lectores de noticias sobre hechos de violencia que se producen antes, durante o después de la apertura de cierre de locales de diversión nocturna”.

“Asistimos a la instauración del exceso como regla, así se naturalizan las llamadas `previas´, reuniones en las que se bebe alcohol antes de concurrir a las fiestas o los `after hour”, donde se continúa con el ya excedido consumo”.

“Ello -agregó- desvela, en estos tiempos, a padres y otros familiares, cuando comienza la actividad nocturna y uno de los integrantes de la familia opta por lo que debería ser la diversión y concurre a lugares de esparcimiento nocturno”.

El juez Bernard destacó que esto generó que los encargados de brindar seguridad coloquen cámaras que “no sólo se usan en ese sentido, la seguridad o prevención, sino que posibilitan la intervención de las fuerzas de seguridad en los casos de agresiones o peleas, evitándolas o deteniendo su curso”.

“Y no termina ahí. Los eventos culposos (accidentes), robos, lesiones, homicidios, etc., se encuentran `embebidos´ o `intoxicados´ por sustancias, que no hacen más que dotar de un cierre trágico a una jornada que debió ser de diversión y esparcimiento”, precisó .

El juez afirmó en el fallo que “existe una realidad nocturna y otra diurna, esto es innegable. Que resulta habitual superar los límites del consumo se observa sin necesidad de idoneidad ni experticia”.

Este caso ocurrió a la salida de un boliche conocido por ser un “after hours”, que funcionaba de 8 a 12, es decir, cuando los locales nocturnos cierran sus puertas.

Al juicio había llegado como acusado también Alejandro Manuel Fernández, que no se presentó en el banquillo porque su defensor no pudo concurrir. Este imputado será juzgado en un segundo juicio por otro Tribunal, ya que el que ahora juzgó el caso se excusó de actuar porque ya emitió opinión sobre el hecho.