Un prototipo que se las trae

En Europa, Infiniti es más conocida por su asociación con el equipo de Fórmula 1 Red Bull que por sus modelos de calle, pero esto es algo que va a cambiar muy pronto, cuando empiece la producción en Inglaterra y las ventas en todo el continente del crossover Q30 en el primer semestre de 2015.

La marca japonesa - que ha patentado 100.000 autos en la primera mitad del año - indica que Infiniti podría estar luchando por un 80% del segmento premium en 2018, gracias a una ofensiva de producto que ya está en marcha y que culminará con la expansión de su gama de modelos en un 60% en los próximos cinco años. También está prevista la duplicación del número de motores, que gracias al acuerdo de cooperación con Mercedes, algunos provienen de la marca alemana.

Para potenciar el rasgo aspiracional, indispensable en cualquier marca premium, es más que probable la creación de una línea de modelos de alto rendimiento en la gama Infiniti, aunque en su etapa inicial no contará con la fuerza de las divisiones homólogas que existen en Mercedes (AMG), BMW (M) y Audi (RS).

Se trata de una línea deportiva que es mucho más que un ejercicio de estilo y de viabilidad de la transferencia de tecnología F1 a los autos coches de calle, se asume igualmente como la antesala de lo que puede ser esa gama de vehículos súperdeportivos.

Este intercambio de tecnología y experiencia se intensificará en el futuro, ahora que Sebastian Vettel comienza a participar en el desarrollo de nuevos modelos desde el inicio del proceso. Algo que sucedió con el crossover Q30, al que ya se aplicarán las sugerencias del piloto alemán en términos de chasis, de rendimiento del motor e incluso en el diseño de interiores.

Algunos de los aspectos que se han trasladado desde la F1 son, por ejemplo, el material de magnesio en las levas para cambiar de marcha que Infiniti utiliza en sus modelos de producción en serie, y también el uso de fibra de carbono, algo que se hace claramente visible en el Q50 Eau Rouge: en los paragolpes delantero y trasero, en los espejos retrovisores exteriores, en el techo y en los laterales.

Detalles necesarios para que no supere el peso de la versión híbrida, el objetivo que se marcó la marca japonesa, de 1.826 kg.

El pivote del desarrollo de coches de carretera mezclados con la F1 es el tetracampeón del mundo, Sebastian Vettel, que hace poco más de un año fue nombrado Director de Performance de Infiniti. Un nombramiento que llegó justo a tiempo para que diese su opinión sobre las etapas finales de desarrollo del Q50, lanzado en 2013, precisamente el primer modelo de la marca japonesa que se ha visto beneficiado por este ‘know-how’ exclusivo.

Sus primeros comentarios no han apuntado a temas como la aceleración o el comportamiento en curva, sino a la posición del asiento del conductor, que, en su opinión, debería ser más baja

Entre los cambios más destacados de este nuevo concept, del que los ingenieros de Infiniti dicen que únicamente mantiene las puertas y los pilares delanteros en relación al modelo de producción en serie. Los trenes delanteros y traseros, así como el ancho total de la carrocería se ampliaron 2 centímetros.

Hay nuevos conductos de aire en la zona del paragolpe delantero para la refrigeración de los freno, además de entradas aire en el capó para enfriar el motor, un deflector de aire en la parte trasera para aumentar la presión del aire hacia abajo, unos tubos de escape de diseño exclusivo, aplicaciones en cromado oscuro en diversos puntos y, por supuesto, el tono rojo exclusivo de la carrocería que juega con el nombre Eau Rouge. Una denominación que se toma de una de las secuencias de curvas más famosas y rápidas (izquierda-derecha-izquierda) de la F1 en el circuito de Spa-Francorchamps, del que Niki Lauda solía decir que permitía “distinguir los hombres de los muchachos...”.

PURA VELOCIDAD

Es posible llegar a 320 km/h, con unos cambios de dirección que comprimen la suspensión del monoplaza y el cuerpo de su piloto hasta cerca de los límites tolerables, como Sebastian Vettel bien sabe.

En el chasis del Q50 Eau Rouge hubo necesidad de hacer algunas mejoras: hay amortiguadores de alto rendimiento, el alto de la carrocería al suelo se ha reducido hasta los 2 cm, se han aplicado frenos de Brembo dentro de las llantas especiales de 20” (17” en el modelo de serie) envueltas en neumáticos Dunlop SP Sport Maxx GT 600.

Este deportivo, una de las estrellas del salón de Detroit el pasado enero, nació con objetivos muy ambiciosos en cuanto a prestaciones, con lo que el motor más adecuado para servirle sería, por supuesto, el V6 biturbo que funciona de maravilla bajo el capó del Nissan GT-R. Aquí trabaja asociado con la transmisión automática de 7 velocidades del Infiniti Q70, montada justo detrás. Los 560 caballos de potencia y los 600 Nm extraídos del bloque de 3.8 litros son suficientes para llevar el Eau Rouge hasta muy cerca de los 300 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en unos 4 segundos.

La suspensión logra asegurar la estabilidad del modelo incluso cuando se abusa de la violencia en las transferencias de masas, sin causar excesivos sobresaltos a los ocupantes.

La dirección es el menos capaz de los interfaces de conducción mostrándose siempre muy pesada y muy poco comunicativa, así que es mejor pensar que sólo sirve para girar las ruedas en este prototipo con reclamos legítimos para llegar a la producción en serie. Será muy interesante ver cómo los ingenieros de Infiniti transfieren el innovador sistema de dirección directa que equipa el Q50 y que ha suscitado reacciones polarizadas. Cabe recordar que en este sistema no existe una conexión física entre las ruedas y el volante, lo que permite aislar mucho mejor las vibraciones del asfalto de los brazos del conductor. Por otro lado, la relación entre la rotación del volante y la de las ruedas no es siempre la misma. Este desarrollo variable se agradece sobre todo en secciones de muchas curvas cerradas, puesto que permite negociarlas sin incurrir en una gran amplitud de movimientos de los brazos.

El volante da sólo 2,1 vueltas de “tope a tope” contra las 2,9 vueltas del sistema de dirección convencional.

Todavía no se ha tomado ninguna decisión sobre la transición a la producción del Q50 Eau Rouge. Si se confirma, significará el inicio de una línea de modelos de alto rendimiento para Infiniti (también por eso la decisión implica más atención). Si se le da la luz verde el desarrollo dinámico requerirá más recursos y alrededor de un año para que el auto esté listo. Todavía hay muchas pruebas y mejoras por delante, como las que se harán en el túnel de viento para aumentar la estabilidad del eje trasero en aceleraciones a fondo un deseo expresado por Vettel. También se estudiará el comportamiento del Eau Rouge con una suspensión controlada electrónicamente.

Lo cierto es que BMW M4, Mercedes C63 AMG, Audi RS4 pueden empezar a contener la respiración. El motor del sensacional Nissan GT-R se une a la calidad de ejecución de Infiniti y al ‘know-how’ del equipo de F1 Red Bull y del tetracampeón del mundo Sebastian Vettel, y todo ello da lugar a una receta que, si se llega a cocinar, resultará un plato verdaderamente exquisito. El ‘concept’ está todavía lejos de unir todos los condimentos para seducir, sin reservas, el paladar, pero los primeros olores procedentes de la cocina prometen y mucho.