El miedo a ser eliminado por el clásico rival genera mucho estrés

OPINION
Por MARTIN MENDINUETA

S ólo están igualados en los seis puntos que marca la tabla de posiciones. Estudiantes ganó más y Gimnasia perdió menos. Son distintos. Y el último sábado vivieron situaciones muy diferentes.

El Lobo de Troglio consiguió edificar un buen triunfo (el primero del torneo) sobre la base fundacional que había logrado empatando frente a Belgrano en Córdoba. No se lesionó Pablo Vegetti, Javier Mendoza ratificó su gran momento con un gol, el paraguayo Rojas entusiasmó a los hinchas, Maximiliano Coronel volvió a demostrar lo que vale y Dardo Miloc, que casi con seguridad volverá al banco de suplentes, también se llevó una buena calificación.

Más que ganar para avanzar en la competencia continental, los dos quieren lo mismo: que el otro quede eliminado

Como prólogo del primer episodio por la Sudamericana fue redondito: la victoria y el crecimiento exponencial de algunas individualidades esenciales (sobre todo Jorge Rojas), instalaron una elevada dosis de confianza. Es cierto que Godoy Cruz fue un rival chato, sin jerarquía, pero Gimnasia pudo quitarse de encima el peso de la obligación.

En cambio, el León de Pellegrino pareció haber tirado demasiado de la cuerda. Justamente por decisión de su técnico cambió casi toda la formación que tanto daño le había ocasionado a Boca. Un equipo sin rodaje ni cohesión grupal para enfrentar a Newell’s en el Parque Independencia, terminó como muchos presumían, derrotado.

No fue la mejor oportunidad para mostrar a Mauricio Rosales por el extremo izquierdo de la defensa (no estuvo cómodo), ni a Leandro Benítez, claramente fuera de ritmo, con responsabilidades que lo terminaron superando ante el vigor y la dinámica de los jóvenes “leprosos”. Tampoco pudo salir airoso Mauricio Carrasco.

El único que recibió merecidos elogios fue Hilario Navarro y eso también tiene un lado no tan positivo: ¿Qué hará pasado mañana el técnico con Agustín Silva? ¿Le devuelve la titularidad o, ante la idoneidad demostrada por quien llegó como suplente, provoca la modificación que, indefectiblemente, levantará no pocos comentarios?

Ya están tensos. Presionados por la exigencia de su gente

Más que ganar para avanzar en la competencia continental, los dos quieren lo mismo: que el otro quedé eliminado, sacárselo de encima, eludir el riesgo de los altos costos por una temprana salida de esta copa que brinda dinero, prestigio y una buena vidriera internacional.

La última derrota en el Bosque frente a Estudiantes, a Gimnasia le originó severos reproches para jugadores y cuerpo técnico. Troglio recuerda bien aquellos días aciagos ¿Podrá ahora asumir y ejercer el protagonismo de las acciones, o acaso considera al empate de local como una buena opción para intentar luego el impacto en condición de visitante? Sin dudas, la llegada de Vegetti ha ayudado mucho para definir la identidad en el momento de buscar goles

¿Y Estudiantes? ¿Una vez más jugará sin la agresividad que tanto se le reclama cuando sale del Estadio Ciudad de La Plata? ¿Por qué no puede rendir más o menos parecido en otra geografía distinta a la de 32 y 25? Si tiene un buen plantel, numeroso y con hombres de jerarquía, ¿a qué se deben sus picos de rendimiento tan marcados? Sin dudas, hay responsabilidad del entrenador. El carácter de Estudiantes a la hora de ejecutar su plan estratégico, no debería presentar tantos vaivenes.

Los grandes equipos no son fuertes sólo actuando de local; siendo huéspedes también construyen las alegrías que los definen como tales

Unos y otros lo saben, quien pierda sentirá fuerte el impacto. Lo mejor para ambos será acentuar sus perfiles como equipo.

Gimnasia, a través del accionar de los dirigentes, logró un paso clave manteniendo su localía original. Ganó en los despachos gubernamentales; ahora deberá trasladar al terreno de juego la misma fiereza que demostró tener para que no lo sacaran de su “casa”.

Por estas horas, cuando las apuestas, los pálpitos y las primeras bromas empiezan a adueñarse de la ciudad, sólo hay una certeza: semejante doble episodio copero tallará la historia futbolera de esta Capital. Salga como salga, jamás podrá ser aburrido.