Un ritual con la pasión del hincha

Mientras todo estuvo por los carriles normales, fue una verdadera fiesta. Hinchas de Gimnasia, como ya es su tradición desde hace años, el día previo a un clásico, se juntaron en la esquina de 7 y 50 para hacer un banderazo en apoyo a Pedro Troglio y a los jugadores.

La cita fue a las 18, y aún con la luz del día empezaron a llegar los primeros hinchas con sus camisetas, camperas y banderas para exteriorizar toda su pasión sanamente.

A medida que fueron pasando los minutos, el número de gente fue creciendo, y la fiesta tuvo música con los bombos y las trompetas, y las clásicas canciones de cancha.

“Hola Basurero, acá está de nuevo, te saluda la Banda de Fierro...”, cantaban y saltaban los hinchas. Chicos y grandes, sin distinción.

Algunos venían de sacar su entrada en el Bosque, otros salían del trabajo. Los más jóvenes salían de la escuela y hacían una pasadita por el centro para participar del banderazo con amigos.

“En el Bosque me enamoré de ti, en el Bosque yo me voy a morir...” cantaban felices los hinchas sabiendo que después de tantas idas y vueltas, el partido se jugará en su casa ubicada en 60 y 118.

No faltó el “¡Y dale Lobo, y dale Lobo...!” y tampoco algunos cánticos dedicados especialmente al rival de toda la vida.

La fiesta duró cerca de una hora donde los hinchas que fueron con ganas de expresar su sentimiento, lo hicieron sin problemas.

Lamentablemente, con la llegada de las primeras sombras de la noche, empezarían los incidentes que empañarían todo (ver pág. 6).

Familias enteras empezaron a dejar el lugar y a buscar la forma de no ser alcanzados por una bala de goma, por los gases lacrimógenos o un piedrazo, ingresando a algún local o alejándose de la zona por diagonal 80 buscando la parada de algún colectivo.

Como quedó dicho, lo que era una auténtica reunión de hinchas de verdad, terminó siendo un caos por el enfrentamiento de un grupo de jóvenes con la Policía.