Una batalla cotidiana

Exterminar a las cucarachas es imposible, pero hay formas de darles pelea. Entre las recetas caseras más sencillas, se cuenta el uso como repelentes de hojas de laurel -cuanto más verdes, mejor-, rodajas de pepino y de ajo -que hay que renovar día por medio- y sahumerios. Si la colonización ya se concretó, y las cucarachas han ganado el interior del hogar, se pueden fabricar cebos mezclando harina, azúcar y bórax. Con esos ingredientes se hacen pelotitas que se colocan detrás de la heladera, sobre las alacenas o en el fondo de los cajones, siempre lejos de niños y mascotas.

Días atrás, la investigadora Nora Camino explicó a EL DIA que el preparado actúa “como un potente señuelo, ya que les encanta la harina. Entonces comen, van al nido y mueren, y como son caníbales, se van comiendo entre sí. El nivel de toxicidad del ácido bórico es mínimo, y con un lavado de manos alcanza para neutralizarlo”. Además, se aconsejó cubrir las rejillas, tapar las grietas, y no dejar a la noche el trapo rejilla húmedo, porque beben de allí.