Una noche que quedará en la historia

Por WALTER EPISCOPO

Seguramente este mes de septiembre será irrepetible para Pinchas y Triperos. Si, tres clásicos en pocos días y dos de ellos a nivel internacional por primera vez en la historia para esta ciudad que respira fútbol por todos los rincones.

Y sin dudas que esta serie que se cerró anoche en 25 y 32 por la Copa Sudamericana quedará guardada como una de las mas intensas y por momentos dramática. Por lo que significan Estudiantes y Gimnasia, por el sentimiento de sus hinchas que deliran por sus amados colores.

La mayoría de la gente festejó bien, terminó cantando, saltando, festejando lo que su equipo ganó en buena ley, aunque algunos de los protagonistas en esta clase de partidos suelen quedar en deuda

Anoche la fiesta fue para la gente del Pincha, que tuvo la posibilidad de estar presente en el estadio y alentar al equipo de Pellegrino, mientras que los del Lobo se tuvieron que conformar con verlo por televisión. Salvo los que se las ingeniaron para entrar al Estadio.

UNA CITA CON LA HISTORIA

Sin importar día ni horario, la gente fue porque sabía que no sería un partido más. El sábado podrán volver a enfrentarse por el torneo local, pero el de anoche era “el” clásico a ganar. Y por eso desde temprano empezaron a poblar las tribunas. Grandes y chicos, familias enteras fueron con la ilusión de ver ganar al equipo de sus amores.

En la espera los presidentes Lombardi y Onofri charlaron en un sector del campo de juego acompañados por otros directivos daban señales de buena convivencia.

El gran recibimiento para el local con toda la gente a su favor, el saludo del equipo albiazul mirando hacia unos palcos donde había un nutrido grupo de hinchas visitantes aumentaba la adrenalina.

Un primer tiempo donde los albirrojos fueron más ante un equipo mens sana que sólo se limitó a esperar pero no propuso nada. La gente lo entendió así, que se podía, y empujo a sus jugadores hacia el arco de un seguro Monetti.

Pero en el segundo tiempo se pudieron ver todos los condimentos de un clásico. Un gol, tensión, dramatismo, pierna fuerte, muchas amarillas, una roja y final tumultuoso.

El 0-0 llevaba a los penales, pero el gol de Estudiantes le puso una cuota tremenda de dramatismo. El Pincha era superior ante un equipo de Troglio que más allá de esto salió a buscar mas arriba, pero no le alcanzó.

Estudiantes estuvo a la altura de las circunstancias y jugo con solidez más allá de algún sofocón pero dio la sensación que el pase a la siguiente instancia no se le escaparía.

La mayoría de la gente festejó bien, terminó cantando, saltando, festejando lo que su equipo gano en buena ley (también hubo incidentes muy graves; ver página 24), aunque algunos de los protagonistas en esta clase de partidos suelen quedar en deuda. Dos ejemplos, el Gori Silva y sus señas en el partido de ida a la gente en el Bosque, ayer un nervioso Bochi Licht al irse expulsado con gestos fuera de lugar y que no suman.