“Asesinaron a un talento en vida”

CARLOS PÁEZ, PADRE DEL JOVEN ASESINADO

“Asesinaron a un talento en vida”, fue la conclusión que se animó a dar Carlos Páez (55), el papá de Hernán. Ese balance, compartido por sus familiares y amigos, generó todavía más bronca por la manera en la que fue asesinado el joven.

De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, con más dudas que certezas porque al momento no habría ningún testigo directo, el muchacho ni siquiera amagó a resistirse.

Poco de lo que se vio después de que lo atacaran a cuchilladas fue por parte de los “trapitos” que acomodan autos en la parrilla de la avenida 120.

Precisamente esa casa de comidas era tal vez lo único que los dejaba a salvo de una inseguridad que, según dicen en el barrio, es salvaje. Así lo contaba Cristian López (23), el novio de la hermana mayor de Hernán, un rato antes de que comenzara el velatorio en la casa de sepelios 44 y 26.

“Justo acá, en esta cuadra, no roban, porque hay movimiento por la parrilla. Pero te movés una o dos cuadras y perdiste”, evaluó Cristian.

El propio Hernán había sufrido un episodio en condiciones idénticas hace un par de años, y a unos 200 metros más cerca de la rotonda de la Autopista. Aquella vez el saldo fue mucho más leve: 30 pesos, un celular y ninguna herida. A pocas cuadras, en el codo que se forma en la unión de las avenidas 120 y 520, hay un barrio en el que a veces ni la Policía entra.

Sospechando que en esa zona podría estar el asesino, en aquella dirección fueron todos los patrulleros el miércoles a la noche. Pero no dieron con ningún sospechoso: “No quedaba nadie”, reconoció una fuente policial. Ayer a la tarde se veía, como ocurre ante los coletazos de un episodio de semejante porte, una presencia mayor de motos y móviles para prevención.