El recuerdo de William Wallace

WILLIAM WALLACE

El 11 de septiembre de 1297, William Wallace, guerrero escocés y héroe nacional, que vivió en la segunda mitad del siglo XIII, aplastó a los ingleses, junto a Andrew de Moray, en la batalla del Puente de Stirling, un sitio que no se conoce con exactitud pero que debió estar situado en el río Forth, cerca de Stirling, centro de Escocia. En las cercanías está hoy el Monumento Nacional Wallace, una torre del siglo XIX que se eleva por encima de las copas de los árboles. Wallace y Moray fueron nombrados Guardianes de Escocia ante la falta de un rey que dirigiera el país, pero Moray murió -se cree- por las heridas que había sufrido en combate. Wallace siguió hostigando a los ingleses hasta que el rey Eduardo I de Inglaterra intervino y ordenó una segunda invasión a Escocia, la sangrienta batalla de Falkirk, que supuso una gran victoria para los ingleses.

En 1305, Wallace fue traicionado y entregado a los ingleses, que lo llevaron a Londres, donde lo juzgaron en un salón del actual Palacio de Westminster y lo acusaron de traición, aunque nunca le había jurado lealtad a la corona inglesa. En agosto de 1305, fue conducido a la Torre de Londres, el castillo junto al Támesis, donde a lo largo de la historia han sido ejecutados, entre otros, Tomás Moro (1535), Ana Bolena (1536), Thomas Cromwell (1540), Catalina Howard (1542) y Juana Grey (1554). Wallace (llevado al cine por Mel Gibson en “Corazón Valiente”, en 1995) fue despojado de sus ropas y arrastrado brutalmente por un caballo a lo largo de la ciudad. Por último, fue ahorcado en el centro de Londres, descuartizado y sus restos se exhibieron por separado en varias localidades, incluida Stirling.