El misterio de las pulseritas: una alarma que sonó desde Facebook

“Juguete diabólico III, el caso de las pulseras de ligas” y “Enemigo silencioso en casa, tiene forma de juguete” son algunos de los títulos de las notas que alarmaron -desde Facebook- a miles de familias platenses: es que el uso de las banditas multicolores para hacer pulseras son un boom entre los más chicos de la casa. Los padres coinciden en que pueden estar horas enteras armando aros, animales, anillos y pulseras. Se bajan los tutoriales desde Youtube y sigue los pasos al pie de la letra. ¿Pero qué hay de cierto sobre su toxicidad?

UN BOOM

Camila tiene 13 años y cuenta que fue su hermano Guido, de 10, el que le enseñó a hacer las pulseras. Fue durante el verano que descubrieron que podían ser pequeños artesanos. Usaban tenedores, lápices y después llegó el telar. Compran varios paquetes por semana y dependiendo de la buena voluntad del comerciante pueden pagar desde 15 a 25 pesos el paquete de 60 unidades, que viene con sus respectivos ganchitos para cerrar la pulsera y una aguja de crochet. Cuando ya se quiere ser más profesional y tener el propio telar, la caja vienen con cuatro paquetes de banditas y cuesta entre 150 y 180 pesos.

“Se venden como pan caliente -dice Romina Mancebo, una comerciante de City Bell-. no importa mucho el color, si no hay el que buscaban se llevan otro. Ahora, aprovechando la moda, salieron telares de Violetta y de Las Princesas. Pero las que más se venden son las bolsitas sueltas. Son un éxito”.

Carolina González tiene dos varones de 6 y 9 años. En la vida familiar hay un antes y un después de la llegada de las banditas. Antes no se entretenían con nada y ahora pueden estar “tranquilos y sin pelearse más de tres horas seguidas”. En sintonía con Carolina, la familia Sacchi también opina lo mismo: “Les encanta y no paran de hacer. Para el último Día del Amigo les regalaron eso a todos sus amigos y quedaron muy contentas. Se bajan los tutoriales y después se ponen a armarlas”.

Miley Cyrus, Rydel Lynch y Ashton Irwin (de “5 seconds of summer”) son algunos de los ídolos de la música que no ocultan en sus brazos sus pulseras y desde allí también se expandió el éxito.

ACIDO FTALIXO

“Lo que podría ser un juguete indefenso se ha convertido en un muy peligroso veneno. Palabras más palabras menos dice que muchas de las ligas de colores que los adolescentes usan para hacer tiernas pulseras de colores contienen ácido ftálico, conocido en la industria química por causar cáncer, malformaciones y defectos reproductivos”, anuncia uno de los artículos más viralizados que se publicó en el portal planoinformativo.com.

La voz de alerta sonó por primera vez en México y fue la hiperconexión que generan las redes sociales las que trajeron la preocupación al país. “Este producto contiene DEHP, un ácido ftálico, conocido en el estado de California como causante de cáncer, defectos de nacimiento y otros daños reproductivos. En algunas partes de Estados Unidos y en muchos países de América Latina, el ácido ftálico es un ingrediente común para la horneada de juguetes infantiles y sexuales”, describió el profesor investigador del departamento de Farmacología Biológica de la Universidad de Guadalajara, César Cortés Álvarez.

“El problema del ácido ftálico es que es bioacumulable -el cuerpo lo guarda- y liposoluble -lo guarda donde tiene grasa, incluso en el cerebro-. También es un disrruptor endócrino; es decir interviene con la función normal de las hormonas”, agregó Cortés Alvarez.

Bajo el título “Eximen de daños a pulseras de ligas”, publicado en el sitio mexicano “am” por la periodista Valeria Durán, se explica que en el departamento de Guanajuato se detectó que las cuestionadas banditas no son tóxicas.

“La Secretaría de Salud de Guanajuato informó que no hay evidencia definitiva de efectos adversos en niños expuestos al ácido ftálico de esta forma. Mediante un comunicado, el departamento de comunicación explicó que este ácido es un compuesto orgánico que da flexibilidad a los plásticos duros. Las ligas lo tienen y pequeñas cantidades de esta sustancia pueden entrar al cuerpo a través del contacto de la piel con los plásticos, aunque los científicos están bastante seguros de que es muy poco el que entra al organismo”, dice el artículo.

Los comentarios en los muros de Facebook no paran de reproducirse. “Y parecen tan lindas e inofensivas!!! lo comparto para alertar”, dice Ani D’Amelio. “Mi hija y sus compañeritas del cole están a full con esas pulseras!!!! Hoy se las saco!!!!”, le contestó Rosana Guallama. Por último, Adrián D’Amelio -quien puso en su perfil la nota de la alarma, agregó: “Las mías también Rosana. Yo no puse la nota para asustar a nadie, pero por precaución”.

Lo importante a tener en cuenta es que los juguetes que no hacen mal a la salud de los niños y niñas tienen que tener una certificación de seguridad en ftalatos del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM).

“Los productos considerados juguetes deben cumplir con los requisitos de seguridad establecidos en las normas IRAM NM 300 (partes 1 a 6), que establecen las condiciones físico-mecánicas y químicas para poder considerar que su uso es seguro para el público a los que están destinados. Además, aquellos juguetes (y artículos de puericultura) de material plástico flexible son evaluados, para verificar que la migración de los plastificantes utilizados en su fabricación (algunos tipos de ftalatos) no causarán daño a la salud”, se advierte desde la página del IRAM