Murió Mía, la nena violada y golpeada en su propia casa

Mía Aguirre pasó el último mes de su vida internada en el hospital de Niños de La Plata, en coma. “A pesar de todo nunca perdimos la fe, pero no resistió más”, dijo su tía Belén Cabrera, con la voz quebrada. Mía tenía 3 años y el cuerpito destrozado por los golpes que le habrían dado su propia madre y el padrastro, quienes hasta ahora estaban presos por “tentativa de homicidio agravado”. A él le imputaron también el abuso sexual con acceso carnal agravado, luego de que se confirmó que la chiquita había sido violada. Con la muerte de la nena, la situación procesal de los dos se complicó todavía más y se espera que en las próximas horas la fiscal Virginia Bravo los indague por “homicidio calificado”.

La terrible historia de Mía salió a la luz el 20 de agosto pasado, cuando la madre, Cecilia (21), la llevó al hospital de Berisso argumentado que se había caído. Cuando los médicos revisaron a la menor observaron que tenía hematomas en la cabeza, el abdomen y los cuatro miembros, además de fracturas de cúbito y radio izquierdo y fractura costal derecha.

Mientras evaluaban esas lesiones Mía sufrió un paro cardiorrespiratorio, lo que motivó su derivación al hospital de Niños de La Plata. Ahí murió a las 10.30 de la mañana de ayer. Cecilia Cabrera y su pareja Sergio Algañaraz fueron detenidos ese mismo día, ya que con ellos (y el hijo que tenían en común) convivía Mía en una casilla del barrio Los Talas, en Berisso.

No siempre fue así. La abuela materna, Roxana, había logrado llevársela con ella, pero la justicia terminó devolviéndola a ese sitio en el que terminaron abusando de ella y matándola, según presume la fiscal.

Roxana tuvo la tenencia de su nieta hasta abril, cuando -dijo- se la sacaron “con mentiras”.

La abuela de la niña sostuvo que había hecho una denuncia ante el juez de Familia Hugo Rondina, que acompañó con “fotos de la nena golpeada y no hicieron nada”. Y denunció desde un primer momento que los vecinos “escuchaban que la encerraban (a la nena) en el baño y la golpeaban”.

“no tengo ganas de verla”

Belén, la tía de Mía, relató ayer que “la nena nunca despertó” en el mes que pasó internada y agregó que su estado se agravó el martes pasado por una complicación renal. Pero ella, sus familiares y el papá de la chiquita, Emiliano Aguirre, nunca perdieron la fe.

Belén pelea desde hace mucho con sentimientos difíciles y contrapuestos: “Ella es mi hermana”, dice, hablando de la imputada de este ataque brutal, “pero la que murió es mi sobrina”.

Por eso admite que en estas horas no tiene “ganas de ver” a Cecilia, aunque lo intentó en las primeras horas después de la detención. “Me negó todo. Me dijo que no había golpeado a la nena y que él (por Algañaraz), tampoco” lo hizo.

Según Belén, los dos acusados habían pedido la excarcelación hace pocos días: “No creo que con la muerte de la nena se la otorguen. Espero que no”, concluyó.