Rehabilitación kinésica, una ayuda para los pacientes que sufren de Parkinson

“En general, las personas que padecen Parkinson llegan a los tratamientos kinésicos de manera tardía, cuando los recursos físicos y cognitivos del paciente están más limitados y por ende, las posibilidades de éxito en los resultados también. Por eso si se comienzan los tratamientos kinésicos apenas se tiene el diagnóstico, los pacientes que padecen Parkinson pueden lograr una mejor calidad de vida”, aseguran especialistas del Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires (CoKiba) con sede en nuestra ciudad.

“Junto con el avance farmacológico, que permite alcanzar respuestas óptimas en los primeros años de su manifestación -señaló el kinesiólogo Diego Pitiot- una derivación temprana a tratamientos de kinesiología a cargo de profesionales aporta resultados significativos en actividades principales para la vida diaria del paciente como la longitud del paso y la velocidad en la marcha”.

“La importancia de iniciar un tratamiento kinésico precoz y continuo apenas se conoce el diagnóstico -añadió el profesional- permite fortalecer actividades como caminar, mantener el equilibrio, girar en la cama, levantarse, sentarse, subir y bajar escaleras, ingresar o descender de un vehículo, tomar objetos o escribir”.

Sin embargo, de acuerdo con la experiencia profesional, los pacientes con Parkinson llegan a la rehabilitación de kinesiología mucho después de diagnosticada la enfermedad. Y si bien el abordaje de la kinesiología no interviene para modificar los signos neurológicos, sí trabaja en la recuperación de las capacidades y habilidades perdidas o perturbadas.

“Los objetivos del tratamiento no deben focalizarse sólo en la mera disminución de síntomas característicos como temblor, rigidez, bradicinesia (movimientos lentos), sino que se trabaja en el acondicionamiento físico general para que el paciente mantenga una vida diaria activa con actividades ajustadas a las posibilidades, necesidades y contexto en el que se desenvuelven”, destacó el especialista.

El Parkinson es una enfermedad neurológica grave y progresiva, que afecta una pequeña área de las células del cerebro. Estas células, de manera gradual, se degeneran y mueren. Su pérdida produce la disminución de la elaboración de una sustancia química vital denominada dopamina, con el surgimiento de síntomas que incluyen temblores, rigidez muscular, lentitud de movimientos y pérdida del equilibrio. No tiene una zona específica para su comienzo, aunque es frecuente que comience en manos y piernas.