Una lucha contra la impunidad: apareció el cuerpo de Luciano Arruga

LA CONFERENCIA DE PRENSA QUE OFRECIERON AYER EL PRESIDENTE DEL CELS, HORACIO VERBITSKY, LA HERMANA Y LA MADRE DE LUCIANO ARRUGA. ESTA ÚLTIMA SE DESMAYÓ. PIDIERON INVESTIGAR A FONDO LAS CIRCUNSTANCIAS EN LAS QUE MURIÓ EL CHICO DE 16 AÑOS

El caso de Luciano Arruga, que desde su inicio habría desnudado los peores vicios de la Policía Bonaerense, tuvo tal vez un epílogo que otros casos de abuso policial -Miguel Bru, por citar el más conocido a nivel local- no tuvieron. Su cadáver apareció enterrado en un cementerio como “NN”, y de inmediato se disparó una nueva fase de la investigación, que apunta a establecer qué intencionalidades hubo detrás de su muerte.

El hallazgo se difundió ayer. A raíz de un habeas corpus que tenía como objetivo encontrar al adolescente de 16 años desaparecido en 2009, se dispuso el análisis de los cuerpos enterrados como “no identificados” en distintos cementerios de Buenos Aires.

Hasta que, después de una búsqueda silenciosa y que ocupó lugares módicos en distintas coberturas mediáticas, un grupo de peritos encontró que en la Chacarita había un cuerpo, fallecido a raíz de un accidente de tránsito, que tenía un rasgo en común con Arruga.

Y eran sus huellas digitales, según lo anunció el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), Horacio Verbitsky. Después de ese presunto siniestro, al pibe lo habían llevado a la morgue del hospital porteño Santojanni.

Su conclusión a primera vista despojaría de culpas a la Policía. Pero Verbitsky subrayó que antes de ese siniestro vial -cuyas circunstancias todavía no se aclararon- el joven había sido secuestrado y torturado en la comisaría de Lomas del Mirador, la localidad del oeste del conurbano en la que vivía Luciano, en el partido de La Matanza.

Los médicos que hicieron la autopsia no describieron signos de tortura en el cuerpo. Pero allegados a la investigación adelantaron que el cuerpo de Arruga será exhumado para ser sometido a nuevos estudios para determinar si sufrió otras lesiones, como torturas.

El joven había salido de su casa el 31 de enero de 2009 con menos de dos pesos. Nunca más fue visto otra vez con vida. Por su desaparición, se abrió una causa judicial contra ocho policías.

“La misma noche de su desaparición, Luciano fue atropellado por un auto en la Av. Gral. Paz y Emilio Castro. En ese lugar hay un destacamento de la policía bonaerense y no es un lugar típico para cruzar. Esto requiere una explicación que nadie ha dado todavía”, reclamó Verbitsky.

“OFERTA” Y CONSECUENCIA

Desde el primer día en que desapareció, Vanesa Orieta, la hermana de Luciano, le apuntó a la Bonaerense como la responsable: según su versión, al adolescente le habían propuesto desde la comisaría que integrara una banda de “pibes chorros” que podría operar en la zona con el aval de los efectivos.

Cuando Arruga se negó a esa oferta, que incluía armas y autos a su disposición, “empezaron a llevárselo detenido sistemáticamente. Le pegaban cada vez que lo levantaban en un patrullero y lo mataban a palos en los calabozos”, se encargó de remarcar una y otra vez su hermana, en distintas entrevistas que dio a lo largo de los cinco años sin que se supiera nada de Luciano.

El 22 de septiembre de 2008 fue la primera vez que lo detuvieron en el destacamento de Lomas del Mirador, flamante luego de los reclamos vecinales por la escalada de inseguridad que denunciaban. “(Los policías) lo amenazan y le decían que tenía los minutos contados”, subrayó Orieta. “Luciano tenía miedo, no salía del barrio”.

A partir de uno de esos arrestos, quedó su registro en la seccional: “Las huellas de Luciano existen porque estuvo detenido en la comisaría de Lomas del Mirador”, apuntó Verbitsky respecto de qué prueba se usó para identificar al cuerpo “NN” sepultado en la Chacarita.

Hasta anteayer, el adolescente integraba la lista de desaparecidos en democracia, y su caso movilizó la búsqueda de sus familiares, apoyada por distintas entidades de Derechos Humanos.

“El Estado ha manifestado una gran desidia ante el caso Arruga. Hay instancias que nadie ha explicado todavía sobre el caso. Son puntos que requieren explicación que nadie ha dado todavía. Hay interrogantes que siguen pendientes y necesitan respuesta”, exigió Verbitsky durante la conferencia de prensa, que tuvo que ser suspendida cuando la madre de Luciano se descompuso.

“Vencimos la mirada discriminadora y criminalizante que hay hacia los jóvenes” dijo por su parte Vanesa Orieta, y agregó: “Quiero que se terminen de concretar las pruebas para determinar que es mi hermano. Recién ahí vamos a poder cerrar una etapa los familiares”.

Las palabras de la hermana de Luciano tomaron luego un tinte genérico: “Hoy denunciamos la violencia institucional en su conjunto. Debemos replantear como sociedad el poco valor que se la da a los jóvenes. Los pobres tenemos derecho”, concluyó Vanesa.

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