Según el Papa, “las envidias y divisiones destrozan a la Iglesia”

EL PAPA SALUDA A LOS FIELES EN LA PLAZA DE SAN PEDRO, EN EL VATICANO

CIUDAD DEL VATICANO.- Las divisiones y las envidias destrozan a la Iglesia y son los orígenes de cualquier guerra, según afirmó ayer el papa Francisco durante su catequesis en la audiencia general de los miércoles celebrada en San Pedro. El pontífice tomó como referencia las antiguas comunidades cristianas en tiempos del apóstol San Pablo, que encontraron muchas dificultades ya que vivieron “las experiencias de las envidias, las divisiones, la incomprensión y la marginación”. “Todo esto no está bien, porque en vez de edificar y hacer crecer a la Iglesia como cuerpo de Dios la destrozan en muchas partes”, aseveró.

Para Francisco esto sigue ocurriendo en nuestros días y en muchas comunidades cristianas, parroquias e incluso barrios donde hay “incomprensión y marginación”. Según el pontífice, estas circunstancias son “el inicio de una guerra”, ya que “las guerras empiezan en el corazón con esta incomprensión, diferencias, divisiones, envidias y estas luchas con los demás”.

El Papa citó los consejos que el apóstol Pablo dio a los Corintios y aseguró que son actuales, como el de “no ser celosos y apreciar en cada comunidad los dones y cualidades de nuestros hermanos”. “Éste se ha comprado un auto y yo estoy celoso, el otro se sacó la lotería y me da envidia... Esto causa sólo daño. Destroza. Porque los celos crecen en el corazón y un corazón celoso es un corazón ácido, que en vez de sangre lleva vinagre”, improvisó Francisco. Así, el Santo Padre recomendó “apreciar las cualidades contra las divisiones” y “participar en los sufrimientos de los más postergados y necesitados”, así como “expresar profunda gratitud a todos”. Otro de los mensajes del Papa en esta catequesis fue: “Nunca hay que sentirse superior a los demás”.

Cuando saludó a los peregrinos de lengua española, Francisco señaló que “el auténtico amor, que crea comunión, no presume ni se jacta, no lleva cuentas del mal recibido y goza haciendo el bien, no tiene envidia, sino que considera a los demás más que a sí mismo, sufre con los necesitados, y valora y reconoce a quienes hacen los servicios más humildes y menos expuestos”.

REFORMA DE LA CURIA

En otro orden, el historiador italiano y fundador de la asociación católica Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, consideró en una entrevista al portal italiano Vatican Insider que al Papa le toca ahora “reformar la curia”, es decir el gobierno central de la Iglesia católica. “Del Sínodo de Obispos que se acaba de clausurar surge que el Papa necesita personas en los dicasterios (ministerios) que estén en sintonía con él”, aseguró, “dado que el gobierno actual de la Iglesia es el mismo de la época de Benedicto XVI y es justamente dentro de ese gobierno que Francisco encuentra más resistencias a cambiar”.

La primera asamblea de obispos de todo el mundo convocada por el papa Francisco en el Vaticano para debatir sobre los desafíos de la familia moderna se clausuró el sábado tras dos semanas de labores con la aprobación por mayoría de un complejo documento final. El texto, que no logró el consenso de dos tercios de los votantes en sólo tres de los 62 puntos que aborda, representa para varios expertos un respaldo a las propuestas de reforma que impulsa Francisco, como la apertura a la convivencia de parejas no casadas y a los homosexuales, ya que todos los puntos, aun los más polémicos, obtuvieron la mayoría simple.