La sequía tiene en jaque a vastas regiones del planeta

Debido a los efectos del cambio climático y a la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, regiones tan disimiles como California, Brasil, Centroamérica o España están sufriendo una fuerte sequía con consecuencias severas para sus economías.

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Un 60% de los 11 millones de habitantes de San Pablo, la ciudad más rica y poblada de Brasil que atraviesa una fuerte sequía, sufrió cortes de agua en algún momento del último mes. Los cortes en el suministro se suceden de manera más o menos pareja entre el día y la noche, pero afectan con más regularidad a la población más pobre. La severa crisis hídrica paulista se debe a la falta de lluvias y, según expertos, a la escasa manutención y modernización de su infraestructura de aguas. En toda su región metropolitana, San Pablo tiene 20 millones de habitantes.

Un 45% de la región metropolitana es abastecida por las represas del sistema Cantareira, que hoy está en mínimos históricos de almacenamiento de agua (3,5% según un informe reciente). Otras represas que abastecen a San Pablo, como la del Alto Tieté, también muestran señales de fatiga. Expertos alertan que, de no llover, el sistema podría colapsar.

El calor de los últimos días, con temperaturas récord por encima de los 37 grados, empeora el panorama antes de que se inicie la temporada de lluvias. Las autoridades del estado rechazaron la idea de racionar el suministro. Sin embargo, desde hace meses los habitantes de San Pablo se quejan de cortes, sobre todo en las periferias.

En tanto, los productores agropecuarios del estado de Mato Grosso, el principal productor de soja, están muy preocupados por la caída del precio de la oleaginosa, desde que se anunció una posible “súper cosecha” en EE UU y países de América latina y por la fuerte sequía en gran parte del país como consecuencia de la falta de lluvias. Desde los sectores agrarios afirman que “los precios de hoy indican algo próximo a los 40 reales -unos 16 dólares- (por saco de 60 kilos). Eso no cubre el costo de producción”. Valores no inferiores a 45 o 46 reales (18,1 o 18,5 dólares) ya permiten un margen de lucro para que el productor pueda al menos mantenerse, señalan.

Informes meteorológicos apuntan que en las dos principales regiones productoras de Mato Grosso (centro y sur), el acumulado de lluvias en octubre está en 6 mm, contra un promedio histórico de 135 mm para el mes. La sequía afectó otros cultivos importantes para el país, como el café. Por ahora Brasil, 1º productor mundial, está compensando la caída de la producción con sus reservas, pero si la demanda sigue creciendo podría faltar café en dos años.

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En California, el lago Huntington se ha convertido en una gran superficie de arena y piedras, un paisaje lunar casi roto por los muelles sin barcos y los pinos verdes de alrededor, que recuerdan los fuertes estragos de la sequía que vive California desde hace tres años, la peor del siglo. Cientos de amantes de la vela y del esquí acuático van cada año a disfrutar de sus deportes favoritos en el Huntington, pero este año prácticamente no ha llovido ni nevado y los comerciantes y emprendedores que abastecen normalmente a los visitantes están casi en la ruina. Algunos han tenido que pedir un préstamo para mantener abierto su negocio, como el caso del Lakeshore Resort, un emprendimiento familiar con alojamiento, bar y supermercado, ubicado a unos 100 metros del lago, que debió descartar a 43 de los 60 empleados que tiene para esta época del año.

Además, California sufre el drama de los incendios, multiplicados por la sequedad de la tierra. En lo que va del año, hubo unos 5.000 incendios, cuando en un año normal la cifra está en 3.900. En julio y agosto, unas 13.000 personas tuvieron que abandonar el parque nacional de Yosemite, interrumpiendo las vacaciones de los turistas que visitaban una de las joyas naturales de EE UU. La sequía ha castigado particularmente la agricultura del Valle Central, la mayor zona que abastece la demanda del país, pero que ahora lucha por hacer crecer el cultivo y criar el ganado en suelo seco. Los niveles de los embalses de agua están en mínimos históricos. Generalmente suelen llenarse con el deshielo de la nieve de las montañas de la Sierra Nevada, pero el invierno boreal pasado no cayeron los copos esperados.

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Centroamérica ya ha tomado las primeras medidas para reducir el impacto de la sequía que ha causado la muerte de cientos de miles de reses y dañado parte de la producción agrícola, sobre todo maíz y porotos, básicos en la alimentación de sus habitantes. Para paliar el desabastecimiento, algunos gobiernos van a importar maíz de EE UU y porotos de Etiopía y Colombia. En Nicaragua, desde mayo murieron 2.500 reses por desnutrición y 700 mil están en estado crítico por falta de agua y pasto. El gobierno aprobó un fondo de 300.000 dólares para llevar alimentos a los bovinos. En Honduras, la sequía devastó 70% de los cultivos de maíz, mientras que El Salvador, por el mismo motivo, perdió un 10% de la cosecha de este cereal. Algunos expertos atribuyen la sequía a la deforestación. Un estudio publicado por la FAO de 2011 sobre la situación de los bosques en el mundo indica que Centroamérica la deforestación aumentó de 54.000 a 74.000 hectáreas anuales en los últimos 20 años.

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En Chile, una amplia zona de la Región de Valparaíso (centro del país) fue declarada en escasez hídrica por un período de seis meses. La medida se toma tras la constatación de lluvias deficitarias y busca asegurar el abastecimiento de agua potable para la población así como la posibilidad de implementar medidas de emergencia para apoyar a los agricultores afectados por la extensa sequía que afecta a esa parte de la región.