Aliento todo el tiempo y reconocimiento al final

Pasó el temporal que golpeó muy fuerte a la Región; pasó la lluvia que llevó incertidumbre sobre la realización del partido; quedó en segundo plano la rotura del techo del Estadio Ciudad de La Plata (ver más información en el cuerpo principal del diario)... Y los hinchas armaron su movida para ponerle color a la noche y alentar al equipo de Mauricio Pellegrino.

Se movilizaron en buen número hasta el estadio (según estimaciones del personal del Ciudad de La Plata), hubo más de 22 mil personas), que de todos modos mostró huecos y no llegó a estar colmado.

A tono con las presentaciones importantes del equipo de Mauricio Pellegrino en ese escenario, una gran cantidad de banderas marcó la presencia de los simpatizantes pincharratas y fue dándole marco al choque por los cuartos de final de la Copa Sudamericana ante River, que llegó “solo” al predio a partir de la imposibilidad de acceso para los hinchas millonarios.

Con el pitazo inicial del árbitro Diego Abal se incrementó el aliento albirrojo, para tratar de empujar al equipo hacia el triunfo. Y las acciones para convertir que generó Estudiantes potenciaron el apoyo. Por momentos se sintió la presión que bajó desde las tribunas. Y que tuvo su punto máximo sobre el final de los primeros 45’ minutos, cuando Diego Vera robó una pelota cuando River buscaba salir desde el fondo y la transformó en gol.

Allí, la locura, el delirio entre los pinchas, que empezaban a soñar con mayor firmeza en redondear un buen resultado, para luego afrontar la revancha, el jueves que viene en el Estadio Monumental.

Final del primer tiempo, los jugadores rumbo al descanso y la ovación de los simpatizantes para destacar la entrega, las búsqueda permanente del gol y el triunfo parcial que llegó para ilusionarse con más en el complemento. La gente le dio el respaldo a un equipo que dejó todo en el terreno de juego.

NO PERDONARON A BAROVERO

Los hinchas del Pincha no perdonaron la tremenda entrada que Barovero le propinó a Román Martínez. Tras aquella acción, cada vez que “Trapito” tocó la pelota bajó una estruendosa silbatina desde las graderías albirrojas.

En el complemento, aún después de la ventaja de los de Núñez, el pueblo pincharrata le siguió brindando un conmovedor aliento al equipo. Altibajos al margen, lo que los hinchad vieron fue una actitud tremenda desde lo temperamental para pelear hasta la última pelota por defender una camiseta que cada vez que juega por una Copa internacional se agranda.

Los aplausos del final fue un reflejo de que, pese a la bronca por la derrota, no hubo reproches en cuanto cómo el elenco de Pellegrino le hizo honor a la tradicional mística copera albirroja. Fue un reconocimiento al esfuerzo, a la garra y al temple para pelearle palmo a palmo a este River de presente inmejorable.

YO QUIERO A MI BANDERA...

Desde temprano, una gran cantidad de banderas desplegadas por los hinchas de Estudiantes le dio un gran colorido al escenario enclavado en 32 y 25.

Estas son algunas de ellas: “City Bell”, “Lanús”, “Agustín”, “Monte Grande”, “Mondongo”, “Oeste”, “Plaza Alberti”, “Tolosa”, “Ensenada”, “Punta Lara, “Berisso”, “Prioridad `1` y 57”, “Los Leales”, “Churrasco”, “1 y 57”, “Parque Saavedra”, “Los Pibes del León”, “Altos de San Lorenzo”, “Los Hornos”, “23 y 68”, “Seba”, “14 y 82”, Que placer verte otra vez”, “San Isidro” y “Abasto”, fueron algunas de las banderas colocados por la familia pincharrata en distintos sectores de un colmado Estadio Ciudad de La Plata.

Hubo apoyo, aliento y reconocimiento de la hinchada albirroja.