Intendentes bonaerenses con planes de volar alto

POR MARIANO SPEZZAPRIA

N o es una novedad que los intendentes de la provincia de Buenos Aires, especialmente los del Conurbano, son un factor decisivo en la arena electoral bonaerense. Y tampoco escapa a nadie que a raíz de la alta densidad poblacional de los distritos que gobiernan, su proyección influye y mucho cuando llega la hora de definir el mapa político a nivel nacional. Por eso, desde hace un tiempo a esta parte abandonaron los roles secundarios y pasaron a encarnar papeles protagónicos en la contienda del poder.

Tanto es así, que al menos siete dirigentes que son o han sido intendentes hasta hace pocos meses están anotados en la carrera por la Gobernación, con un predicamento cada vez más notorio en el oficialismo como en las fuerzas de oposición. Se trata de un fenómeno político que se plasmó en las pasadas elecciones legislativas, aunque en rigor el proceso de recambio en las comunas se inició hace ya una década, lo que permitió a los intendentes acumular experiencia y consolidar su dominio territorial.

UNA LARGA LISTA

En la lista de los aspirantes a la sucesión de Daniel Scioli se puede distinguir a dos oficialistas, cuatro opositores y un séptimo que se encuentra en transición desde el primer conglomerado hacia el segundo. Éste último es Martín Insaurralde, quien tiene previsto regresar a la intendencia de Lomas de Zamora -cargo en el cual ahora goza de licencia- en diciembre próximo. Según pudo saber EL DIA, desde allí profundizará sus críticas a la gestión provincial y preparará el terreno para su traspaso a la oposición.

Tanto peso político ganaron los municipios del Conurbano, que Insaurralde considera que desde Lomas es mucho más factible enfilar hacia La Plata que conservando su banca en la Cámara de Diputados de la Nación. El mismo razonamiento “territorial” tiene Fernando Espinoza, quien desde la intendencia de La Matanza -el distrito más populoso de la Provincia- buscará competir en las PASO del Frente para la Victoria a la cabeza de una fórmula que aún no está determinada, pero que ya es motivo de soterradas negociaciones.

Por caso, fuentes partidarias revelaron que la ministra de Gobierno sciolista Cristina Alvarez Rodríguez sería del agrado de Espinoza como candidata a vicegobernadora, aunque enseguida optaron por el pragmatismo y afirmaron que el kirchnerismo seguramente querrá para sí ese puesto. Tanto, que el intendente matancero ya habría iniciado conversaciones al respecto con Gabriel Mariotto, quien lo recibió días pasados en su residencia platense. Por supuesto que ninguno de los dos dio a conocer el encuentro.

Otro intendente oficialista que quiere ser gobernador es Juan Patricio Mussi (Berazategui), un joven de 37 años recién cumplidos que cuenta con el apoyo de un sector del Gobierno nacional, identificado con el ministro de Planificación, Julio De Vido. En el caso de este jefe comunal, su postulación depende pura y exclusivamente de lo que decida la presidenta Cristina Kirchner para su armado bonaerense. Y si no resultara elegido por la jefa del FPV, optaría por renovar su mandato como intendente municipal.

EN COMPETENCIA

En el massismo, en tanto, hay dos intendentes y un tercero que ha dejado de serlo hace poco tiempo en la carrera por la Gobernación. Se trata de Gustavo Posse (San Isidro) y Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), ambos con peso en la Primera Sección Electoral del Gran Buenos Aires pero con distinto posicionamiento en el resto de la Provincia. Es que mientras Posse inició una recorrida por todo el territorio bonaerense, Cariglino opta por mantenerse recluido fronteras adentro de su propio distrito.

“Jesús está muy preocupado por lo que pueda pasar en diciembre”, deslizaron a este medio fuentes de su entorno. A su vez, Posse elevó su exposición más allá de su integración al Frente Renovador, en una actitud que fue interpretada como una suerte de protesta del intendente sanisidrense ante cierto “destrato” por parte de un sector del massismo. No obstante, en el búnker principal de Tigre aseguran que Posse seguirá en el espacio y que la diputada provincial Mónica López podría ser su compañera de fórmula en las PASO.

El tercero en discordia -aunque fue el primero en manifestar su objetivo de llegar a la Gobernación- es Darío Giustozzi, el titular del bloque de diputados nacionales del FR, quien sin embargo construyó su poder político lejos del Congreso, desde el sillón de la intendencia de Almirante Brown, donde su influencia política sigue siendo determinante. Su pase al massismo fue clave en 2013, cuando esa fuerza no hacía pie en la Tercera Sección Electoral. Y desde entonces dejó en claro que su objetivo es llegar al poder en la Provincia.

En el otro extremo del Conurbano, el PRO de Mauricio Macri tiene a su único intendente en funciones en todo el territorio provincial. Jorge Macri, que gobierna el distrito norteño de Vicente López –limítrofe con la Capital Federal-, se encuentra ahora en plena puja de posicionamiento por quedarse con la candidatura a la Gobernación por esa fuerza opositora, en una disputa interna con la vicejefa del Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, quien dedicó todo este año a conocer y recorrer el territorio bonaerense.

Pese a ello, el jefe comunal de Vicente López no duda en asegurarle a este diario que quiere “ser el mejor gobernador que Mauricio (Macri) pueda tener” y destaca que para llegar al máximo sillón de la Provincia, primero “hay que ser un buen intendente”. En definitiva, ese es el argumento que utilizan todos estos dirigentes para sustentar sus aspiraciones de cara al próximo año electoral. Y lo hacen a sabiendas de que ese puede ser un plus en la valoración de los bonaerenses a la hora de elegir al futuro gobernador.